La República Popular China aprobó la soja HB4 tolerante a la sequía desarrollada por el CONICET y Bioceres. China es el principal importador mundial del poroto de soja y se suma a Estados Unidos, Brasil, Paraguay y Canadá que ya habían aprobado el desarrollo.

El Ministerio de Agricultura de China aprueba un desarrollo transgénico argentino. En 2012 el equipo dirigido por la Dra. Raquel Chan, Directora del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL, CONICET-UNL), creó la primera tecnología transgénica desarrollada íntegramente en Argentina: la HB4. La misma se licenció a la empresa argentina Bioceres conformando una alianza pública privada exitosa.

Tras conocer la noticia, el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, expresó: “La aprobación por parte del Gobierno chino de la soja transgénica argentina, desarrollada por un equipo liderado por Raquel Chan, científica del CONICET y de la Universidad del Litoral, es un ejemplo virtuoso de la articulación público-privada que demuestra además la importancia de fomentar la inversión en Ciencia y Tecnología frente a aquellas voces que recomiendan no hacerlo y administraciones que hace no mucho tiempo incluso la redujeron”.

Filmus, destacó que este logro “se traduce como el éxito de una industria pujante que permite agregar valor y generar trabajo allí donde están las materias primas, para así poder ampliar la capacidad productiva de las provincias, que en general, como en el caso de la soja, no se agota solamente en el cultivo, sino en la industria, esta industria pujante de la que hablo”.

Con la tecnología HB4 las plantas tienen una tolerancia superior en periodos de sequía y un rinde mucho mayor. Como diferencial este gen mejora la capacidad de adaptación de las plantas a situaciones de estrés, sin afectar su productividad. El trámite de aprobación de la soja HB4 fue presentado en China en 2016 y con la resolución que autoriza el cultivo en el país, China se suma a Estados Unidos, Brasil, Paraguay y Canadá que ya habían aprobado el desarrollo. Dichos países representan aproximadamente el 85 por ciento de la producción global de soja.