El invierno no lo sufren solo los humanos, sino también nuestros amigos peludos; ya que todos los mamíferos somos de sangre caliente y mantenemos una temperatura constante en invierno y verano. Por eso es inevitable pensar en abrigar a perros y gatos cuando salen a dar sus paseos. Pero el problema es saber si tienen frío y realmente lo necesitan. La respuesta está ligada a la raza, características de su entorno y tipo de pelaje.

Los más afectados son los cachorros y los que han pasado los 7 años generalmente, ya que suelen tener más frío que uno joven. A los perros que les cuesta regular su temperatura corporal, generalmente necesitan un pullover o una ropita adicional. Los gatos, por su parte, si salen al exterior también pueden portar su abriguito, aunque son más rebeldes para llevarlos con orgullo. En ambos casos sirven para evitar los resfrío.

Nuestros amigos carnívoros, tienen un mecanismo natural de muda de pelaje que les ayuda a prepararse para el duro invierno. Pero esto no es suficiente, ya que al vivir en una casa con calefacción, pierden la fortaleza que tuvieron sus ancestros cuando vagaban por los campos. “Si bien es cierto que los peluditos tienen ‘un abrigo natural’ para repeler el frío, la realidad es que los perros pequeños sufren mucho más el frío que un perro grande, suelen perder calor de forma más rápida y es por eso que solemos verlos mucho más abrigaditos que los mestizos, por ejemplo” señala Melina Wajner, Veterinaria (MN 9218) a cargo del equipo de salud de Puppis, la reconocida cadena de tiendas especializada en productos y servicios para mascotas.

Para evitar complicaciones durante los meses más fríos del año, recomiendan visitar al veterinario con frecuencia para que chequee el estado de salud de tu amigo de cuatro patas y resguardarlo de los días de mucho frío. Simplemente, con proporcionarle una manta y abrigarlo correctamente, será suficiente para evitar resfríos y otras enfermedades típicas del invierno, además de tener el esquema de vacunación completo.

Tanto gatos como perros, para afrontar el inverno necesitan tener una alimentación completa con gran cantidad de fuentes calóricas para generar calor. También en lo posible, hay que evitar los cambios bruscos de temperatura cuando salen de paseo. Y todos ellos necesitan un lugar para descansar y protegerse del frío.

Los gatos, son animales de zonas cálidas y su confort térmico ronda entre los 30 y los 38º grados. Por eso, algunos puede empezar a sentir frío al estar inmóviles, incluso cuando la temperatura baja de 29 grados. La búsqueda de una colcha, caja de cartón, meterse adentro de un ropero, encimarse o enroscarse usando incluso la cola como bufanda sobre la nariz, son conductas habituales para estar más calientes. También otras de sus opciones en inverno es buscar un lugar de descanso como una estufa o aparato eléctrico que genere calor, aunque es riesgoso ya que pueden quedarse dormidos y si la superficie supera los 50 grados, pueden para su piel.

Síntomas de frío en perros

Tiemblan durante los paseos diarios o cuando se encuentran fuera de la casa, que suele estar calentita

Se mueven con más lentitud y el frío los llega a paralizar

Piel reseca alrededor de su nariz

Síntomas en gatos

● Extremidades: almohadillas, punta de las orejas o fin de la cola, más frías de lo normal

● La piel de la ingle y axilas dónde el pelo es más fino, son zonas de temblores para generar calor, con esas pequeñas contracciones musculares

● Piloerección: el pelo del gato se levanta formando una cámara de aire para retener calor

Los que sufren más

Los perros de contextura pequeña sufren más. El chihuahua o el yorkshire, son ejemplos de una superficie corporal muy grande en relación al tamaño, facilitando la pérdida de calor. Los gatos que tienen menos pelo como el Siamés o el Abisinio o poco pelo: Sphynx y Devon Rex, son los más perjudicados.