Se realizó la edición el Vía Crucis de la Avenida de Mayo en la noche del viernes con la participación de 10 mil fieles, organizado por el Arzobispado de la ciudad de Buenos Aires y la Asociación Amigos de la Avenida de Mayo.
Los niños fueron protagonistas ya que por primera vez llevaron una cruz penitencial como “símbolo de esperanza y unión para el país que viene”. Participan de la marcha autoridades de la diócesis, obispos auxiliares, autoridades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, legisladores porteños y fieles.
En la representación de las catorce estaciones que evocan la pasión y muerte de Jesucristo en la cruz se rezó por los cristianos perseguidos, a quienes se definió como “mártires de hoy que soportan con dignidad insultos y ultrajes”. Hubo un llamado a reaccionar ante las organizaciones que explotan a jóvenes y pobres con “el cínico comercio de la droga” y se pidió por las madres que “lloran y todavía buscan a sus hijas víctimas de la trata de personas” o pierden a sus hijos en guerras fratricidas.
La recreación de la vía dolorosa de Jesucristo salió desde Plaza Lorea (Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña), tras la bendición del obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Enrique Eguía Seguí. Finalizó ante el altar en Plaza de Mayo, donde el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, hizo una reflexión.
La manifestación de fe fue precedida por la imagen del Cristo del Buen Amor, una talla de poco más de 180 centímetros (el Cristo de los Futbolistas, conocido popularmente), y una imagen de la Virgen Dolorosa, hecha en 1870. Un grupo de personas también llevó en andas una cruz penitencial de 15 metros de largo y 130 kilogramos. Y se repitió, como desde hace dos años el transporte de otra cruz iluminada con 140 luces.
Al llegar a Plaza de Mayo se representó la crucifixión de Jesucristo, teatralizada por un grupo de actores en un escenario a modo de Monte Calvario. Al final se realizó la ceremonia simbólica del entierro de Jesús.
“En un año donde los argentinos debemos estar más unidos que nunca, invitamos a todos los fieles a asistir con su familia, amigos, y por sobre todo esperamos a gran cantidad de jóvenes y niños. Este es un encuentro de oración, de esperanza, que promueve la unidad y acompañamiento, y que servirá para fortalecernos como hermanos y compañeros, buscando la tolerancia y respeto que tanto nos hace falta”, había declarado Manuel Pérez Amigo a la agencia AICA, presidente de la Asociación de Amigos de la Avenida de Mayo, antes de realizar la caminata de fe.