En julio de 2018 se sancionó la ley 5991 que estableció un  “Plan de Gestión Ambiental de Pilas en Desuso”, entonces el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires las recibe en los Puntos Verdes y Puntos Verdes Móviles, para cumplir con la norma al “recolectar, transportar, valorizar, tratar y disponer los residuos de éstas, debiendo adecuarse a programas y planes de manejo específicos”.

En la Ciudad de Buenos Aires, el consumo anual de pilas asciende a 12 por persona, lo que equivale a 19 millones de unidades, más de 500 toneladas. El 67% son no recargables, el 31%, recargables y el 2% restante, de tipo botón.

Una vez que son recibidas en los Puntos Verdes o Puntos Verdes Móviles, las pilas recolectadas y entregadas en un centro de acopio transitorio, donde se las pesa y se las clasifica manualmente según su tipo (alcalinas, de carbón zinc, de níquel-metalhidruro o pilas botón).

Allí permanecen hasta que son enviadas a una planta de tratamiento habilitada ubicada en la provincia de Santa Fe, donde se recuperan aleaciones metálicas como el níquel mediante procesos físico-químicos obteniendo como resultado una aleación de hierro-níquel que se puede comercializar. Además, se realiza un proceso de termodestrucción con vitrificación de cenizas para hacer inerte el material sobrante.

La ley estableció Informaciones generales sobre el importador/productor; Descripción de campañas de comunicación y difusión; Ubicación y descripción de los lugares de disposición inicial; Cantidad y características técnicas de los contenedores de recepción; Condiciones de logística y transporte; Tratamiento y/o disposición final del residuo.