El médico fue declarado Ciudadano Ilustre por sus revolucionarios aportes al campo de la planificación médica.

El médico sanitarista Mario Testa fue declarado ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires durante un acto en el Salón Alfonsín de la Legislatura porteña. El diputado Carlos Tomada (UC) expresó “la felicidad, de estar propiciando este homenaje” por sus “aportes a la educación, la universidad pública, la medicina social” ya que “la salud pública, incluye el trabajo, el transporte y el ocio”.

La médica Analía Taratutu fue la primera en dirigirse al público, conformado por colegas y amigos del flamante Ciudadano Ilustre: “debemos pensar su trayectoria en docencia e investigación en universidades nacionales y del mundo”, ya que “las publicaciones han trascendido las fronteras en Argentina”. La neuropatóloga de amplia trayectoria internacional consideró que “tanto esfuerzo y dedicación me hicieron comprender lo que es un sanitarista”, ya que su trabajo la obliga a estar la mayor parte del tiempo en laboratorios, incluidos los más prestigiosos del mundo.

El médico genetista Víctor Penchaszadeh, recordó que “con Mario me une una historia muy larga, nos conocemos desde 1973, cuando él era decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA)” y luego coincidieron en “el exilio en Venezuela”.

Pensar en Salud y Pensamiento estratégico y lógica de programación, “son libros que hemos leído todos”, afirmó el genetista. A su amigo Testa lo caracterizó por su “perseverancia, agudeza de análisis y capacidad de autocrítica” y por “aportar conocimiento original a la planificación estratégica” de la salud pública.

Hugo Spinelli, médico pediatra y doctor en Salud Colectiva por la Universidad de Campinas, repasó la trayectoria de Mario Testa. Recordó que nació en 1925 en el barrio de Parque Patricios, dentro de una familia de ideas socialistas. Se graduó como médico en 1951 en la Facultad de Medicina (FMED) de la UBA. En 1958 se incorporó al equipo del rector Risieri Frondizi de la misma casa de estudios, cuando se dio un fuerte impulso a la investigación. Entre 1961 y 1962 realizó una maestría en la Universidad Central de Venezuela. Desde allí trazó los postulados de planificación en salud a través del “Método CENDES OPS”. Luego trabajó en la Organización Panamericana de la Salud.

A su regreso a la Argentina, asumió como decano de la FMED en 1973 y creó numerosos Institutos, como el de Medicina del Trabajo. Allí se contactó con diversos trabajadores como los mineros, que por las condiciones de insalubridad “no tenían jubilados” dentro del oficio. Con la llegada de la última dictadura militar (1976 -1983), debió emprender el exilio a Venezuela, para evitar su posible asesinato.

Con el regreso de la democracia alternó funciones públicas y actividades de docencia e investigación en la Argentina en diversas instituciones estatales y privadas, continuando con publicaciones de libros y constituyéndose en un médico sanitarista de permanente consulta. En 1996 la Universidad Federal de Bahía (Brasil) le dio el doctorado “Honoris Causa”.

Daniel Gollan, ex ministro de Salud de la Nación (2015), dijo que con Testa empezó a ver como “encarar los cambios para nuestro sistema de salud en Argentina”. El ex funcionario consideró que la medicina actual se circunscribe mucho a la persona enferma, que se lo toma como paciente, ignorándose su contexto social y psicológico. Por eso estimó necesario construir “un nuevo modelo con otras herramientas” y para eso Testa “es de esas personas imprescindibles, un bastión para pensar lo que se viene”.

Luego de entregado el diploma de Ciudadano Ilustre Mario Testa dijo que “con mucha pasado por detrás y poco futuro por delante, y pensando lo que otros podrán hacerlo por mí, voy a decir gracias”. Con humildad afirmó que “acepto la placa en nombre de todos aquellos que son ciudadanos ilustres de este país, que los hay y muchos”.