Miles de hinchas salieron a celebrar en distintas ciudades el desempeño de Argentina en el Mundial, pese a la derrota en la final. Pero más tarde, hubo graves incidentes.

 

Sólo cinco minutos, una pequeña distracción en la marca y la habilidad de los delanteros rivales hicieron que Argentina no pueda levantar la Copa del Mundo en el Maracaná. Sin embargo, eso no evitó que miles de argentinos salieran a las calles a festejar porque el “orgullo y la dignidad” por la actuación de la Selección fue más que la tristeza por el gol de Mario Gotze en el segundo tiempo suplementario de la final mundialista. Aunque luego apareció la indignación de algunos hinchas que causaron destrozos y terminaron por opacar el festejo.

 

El orgullo. “Y qué querés, una final del mundial no se juega todos los días”, explicó Franco a Perfil.com, uno de los miles de jóvenes que apagaron la TV apenas finalizó el partido para caminar hacia el Obelisco. Allí, miles de hinchas siguieron cantándole a Brasil “qué se siente” a pesar de la derrota. “Festejo que es la primera vez que vivo esto, les quiero agradecer a los jugadores por todo lo que me hicieron vivir”, completó.

 

Los festejos se hicieron extensivos a distintos puntos del país. Mendoza, Córdoba, Rosario y Mar del Plata fueron otras de las ciudades donde concentraciones y festejos. “Estaba para cualquiera de los dos, la diferencia fue que ellos metieron la que tuvieron y nosotros no”, opinó Víctor, quien marchaba desde las 19.10 por la avenida más ancha del mundo con una bandera argentina.

 

“Vengo desde Santiago del Estero, ya que no iba a poder ir a Brasil y tengo familia en Buenos Aires, quería venir a vivir este momento acá”, contó María, horas antes de que se desataran incidentes en el centro porteño. “Obvio que se festeja, hace mucho que no sentía esto, estoy muy orgullosa de cómo nos defendieron”, siguió. Como miles de otros, la mujer siguió el partido desde las pantallas gigantes de la Plaza San Martín y apenas terminó caminó hasta el Obelisco.

 

Con bombos, platillos y banderas, una decena de jóvenes se acordaban de los festejos cariocas por la victoria alemana y entonaban el clásico “Brasil decime qué se siente”. Uno de ellos, explicó eufórico: “Brasilero, no se puede ser tan amargo de festejar que gane dando lástima el equipo que a vos te llenó la canasta de goles”.

 

La vergüenza. Sin embargo, horas después, llegó la indignación de algunos hinchas alcoholizados que causaron destrozos en las inmediaciones del Obelisco. Sobre la calle Corrientes, un grupo de alrededor de 15 hinchas subió al techo de uno de los móviles televisivos y arrancó una de las antenas, mientras los trabajadores abandonaron el vehículo.

 

Debido la multitud concentrada en el lugar, los camiones de la Guardia de Infantería tenían dificultades para ingresar a la zona y contener los disturbios. En otro momento, los canales de televisión mostraron como linchaban a un hombre con golpes de puño y con el mástil de una bandera argentina. Eso sucedió a metros de donde había un grupo de policías que no intervino hasta que llegaron los camiones hidrantes.

 

 

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