Se realizó el viernes santo Vía Crucis de la Ciudad organizado por el Arzobispado de Buenos Aires, que comenzó en la Avenida de Mayo y concluyó en la Catedral Metropolitana. La grey católica porteña volvió a las calles en esta Semana Santa con el lema “Cristo quiere la paz”. La procesión estuvo encabezada por el Cardenal Mario Poli, quien recordó: “La cruz enciende la llama de la esperanza en los momentos más oscuros de la vida”.
Numerosas personas volvieron tradicional Viacrucis de la Ciudad que, tras dos años de restricciones por la pandemia, volvió a realizar a lo largo de la Avenida de Mayo con el lema “Cristo quiere la paz”.
Familias, jóvenes, adultos mayores, scouts, religiosas, sacerdotes salieron pasadas las 20 de la intersección de Avenida de Mayo y Bernardo de Irigoyen, y desde allí comenzaron a caminar por la tradicional arteria proteña precedidos por la cruz penitencial llevada por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor José María Baliña, y escoltado por el cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires, y otro de los auxiliares, monseñor Enrique Eguía Seguí.
Otro de los obispos auxiliares porteño, monseñor Ernesto Giobando SJ, acompañó al grupo que llevaba la imagen del Cristo del Buen Amor, a los que animó a decirle: “Que queremos acompañarlo en este día, queremos caminar con Él en las calles de Buenos Aires, queremos estar cerca de la gente que más sufre”.
Durante la manifestación de fe también fueron cargadas la cruz penitencial de 15 metros de largo que pesa 130 kilos y la imagen de la Virgen Dolorosa, que se venera en la Catedral desde 1870. También otra cruz con 140 luces, y la cruz penitencial para los niños.
Mons. Baliña llevaba la cruz y se detenía en cada una de las catorce estaciones de la Vía Dolorosa de Jesús, en las que se hacía una meditación.
En la intersección de la Avenida de Mayo con Bolívar, monseñor Baliña pasó la cruz penitencial al cardenal Poli para dar la vuelta alrededor de la Plaza de Mayo hasta llegar a la puerta de catedral metropolitana, donde se realizó la procesión del santo entierro.