En la Sala principal del Palacio Libertad (ex Centro Cultural Kirchner) se realizó un homenaje al bandonenista, arreglador y compositor Osvaldo Piro, que falleció en agosto. Con la interpretación de grandes músicos y cantantes, que lo acompañaron durante su extensa carrera que se inició a sus 16 años con la incorporación a la orquesta de Alfredo Gobbi en 1953, se repasaron grandes tangos que incluyeron los de su autoría:  Magia en Buenos Aires, Eclipse, Octubre y Azulnoche.

El director de la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, Oscar De Elía, fue el que ofició también de presentador de los diversos solista que acompañaron la música:  Alberto Bianco que cantó de José Fernández Blanco y Luis Bernstein, El abrojito; Patricia Barone que agradeció a Piro por que la incorporó a la orquesta e interpretó de Eladia Blázquez, Qué buena fe;  Alfredo Piro Rinaldi, recordó su debut hace 28 años  al entonar Qué me van a hablar de amor (de Homero Expósito y Héctor Stamponi) y la repitió esta noche: “quiero agradecer a esta maravillosa orquesta, no solo por rendir el homenaje a mi papá, sino por traerlo, porque yo los escucho y mi viejo está presente”

Hugo Marcel, hizo suya la letra de  Juan Caruso al entonar bajo la composición de Francisco Canaro, La última copa; que fue muy aplaudida por el público. El cantante recordó sus comienzos a los 14 años junto a Leopoldo Federico, que coincidió también con el momento en que debutaba Osvaldo Piro.

La noche conmovedora, con citas y recuerdos, tuvo su momento más intenso cuando el bandoneonista de la orquesta Horacio Romo recibió de manos del hijo de Piro el bandoneón: “Lo voy a cuidar”, prometió el músico, tras besarlo y luego lo utilizó para Bandó de Astor Piazzolla

El repertorio se completó con la ejecución del violín por parte de Rafael Gintoli y el contrabajo a cargo de Sergio Rivas, para que el publico se deleitara con Kicho, de Astor Piazzolla.