La terminal de ómnibus de Retiro va ser licitada por el Gobierno, luego de 22 años de concesión de la empresa TEBA. Inaugurada en 1983, la construcción de casi 400 metros de extensión lineal y tres niveles, se encuentra sucia y deteriorada.
En un principio aglutinaba a 58 empresas de transporte de pasajeros, que ser vieron obligados a trasladar sus propias estaciones a las flamantes dársenas. Pero en 1993 fue concesionada para acondicionar y modernizar una terminal que no podía afrontar el crecimiento del transporte de media y larga distancia, por el cierre de distintos ramales ferroviarios que iban hacia las provincias.
El empresario Néstor Otero, creó TEBA S.A y prometió pagar un canon de 480 mil dólares mensuales. Sin embargo, en 1997 se tuvo que hacer la primera renegociación ya que no cumplió con los pagos.
La terminal tuvo numerosas denuncias por su estado, que incluía baños en pésimas condiciones, tarifas abusivas de los bares, falta de controles en el ascenso de pasajeros, zona de taxis libreada y falta de personal de vigilancia, entre otras carencias. Pero con la crisis económica, todas las concesionarias de servicios tuvieron tarifas pesificadas y renegociaron sus contratos.
Sin embargo, en 2005 el secretario de transporte Ricardo Jaime, extendió la concesión de TEBA por 10 años más, a cambio de que la empresa de haga cargo de las obras pendientes con una rebaja del canon a $100.000.
Lo llamativo es que Otero fue condenado por haberle otorgado dádivas a Jaime, pero sigue manejando las terminales de Mar del Plata, La Plata y Bahía Blanca, entre otras. Y el Gobierno de la Ciudad también le asignó el control de la futura terminal Dellepiane de Bajo Flores, que tendrá 32 dársenas y más de 50 boleterías, para aliviar la terminal de Retiro.