Hace 8 años la antorcha olímpica llegó a la ciudad de Buenos Aires, en la antesala de los Juegos Olímpicos Beijing 2008 y fue la única oportunidad que visitó la Argentina. Y por primera vez en la historia, una ciudad latinoamericana recibió el paso de la llama olímpica, uno de los máximos emblemas del deporte.
Este 2016, el fuego olímpico volverá a ser encendido en la ciudad griega de Olimpia, pasará por Lausanne, Suiza, donde se encuentra la sede del Comité Olímpico Internacional (COI) y el 5 de mayo arribará a Brasilia, capital del país organizador de esta edición, Brasil. Y será llevada por al menos 10.000 abanderados durante 95 días, recorriendo 20.000 kilómetros, además de volar alrededor de 10.000 millas sobre el país, pasando por 26 estados, 250 ciudades y alanzará al 90% de la población. Y el 5 de agosto de 2016, encenderá el pebetero olímpico, durante la ceremonia de apertura en el Estadio Maracaná de Río de Janeiro, ciudad organizadora.
En 2008, el fuego había sido recibido en Argentina en el Aeropuerto de Ezeiza por la Alicia Masoni de Morea, vicepresidente del Comité Olímpico Argentino (COA). Tras un espectáculo de danza brindado por el bailarín clásico Iñaki Urlezaga, la antorcha comenzó su recorrido y fue transportada de mano en mano por 80 relevistas que cubrieron 13 kilómetros, uniendo Puerto Madero con Núñez.
La llama inició su viaje desde el anfiteatro “Lola Mora” en la Costanera Sur, con el velista Carlos Espínola, triple medallista olímpico. Luego pasó por Plaza de Mayo, Diagonal Norte, el Obelisco y las avenidas del Libertador y Figueroa Alcorta.
El actual presidente del Comité Olímpico Argentino, Gerardo Werthein, fue uno de los destacados relevistas de la antorcha. También, varios atletas olímpicos tuvieron el honor de portar el fuego, se destacaron: las jugadoras de hockey Magdalena Aicega y Vanina Oneto, los remeros Eduardo Guerrero, María Julia Garisoain y Santiago Fernández, los ciclistas Juan Curuchet y Walter Pérez, los futbolistas Cristian González y Andrés D’Alessandro, los regatistas Javier Conte, Santiago Lange y Serena Amato, la nadadora Georgina Bardach, la judoca Daniel Krukower y la tenista Paola Suárez.
Gabriela Sabbatini, medalla de plata en Seúl 1988, tuvo el honor de encender el pebetero instalado en el Club Hípico Argentino, donde culminó el recorrido con una gran fiesta popular comandada por los cantantes Soledad Pastorutti y Luciano Pereyra.
Como testimonio del paso del fuego olímpico por la ciudad de Buenos Aires, el COA le entregó una placa al Comité Organizador de los Juegos Olímpicos Beijing 2008. Junto con Alicia Morea, formaron parte de dicho acto Mauricio Macri, actual Presidente de la Nación por aquel entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad, entre otras personalidades políticas.
Además de Buenos Aires, las ciudades por donde pasó la antorcha fueron Almaty, Estambul, San Petersburgo, Londres, París, San Francisco, Dar es-Salaam, Mascate, Islamabad, Nueva Delhi, Bangkok, Kuala Lumpur, Yakarta, Canberra, Nagano, Seúl, Pyongyang, Ho Chi Minh City, Macao. También llegó a la cima del Monte Everest.
En tono humanista y pacifista, el olimpismo moderno comenzó el recorrido de la sagrada llama por los cinco continentes anunciando un noble acercamiento de todos los países del mundo y estrechando un vínculo de respeto y amistad. Beijing 2008 fue la última vez que se realizó así, ya que a partir de Londres 2012 la llama viajó desde Grecia directamente al país organizador por cuestiones de seguridad y para prevenir atentados.