Las obras de la Ciudad para darle prioridad al peatón a las calles, luego de alcanzar a casi el 70 por ciento del microcentro, se encaminan ahora a ganar también espacio para los caminantes en los barrios.
Tal como ocurre en las grandes ciudades del mundo, esquinas tradicionales, con gran afluencia de vecinos, se aggiornan con veredas más amplias, espacios para sentarse, adornados con plantas que crean nuevos espacios comunes en puntos que, generalmente, son muy concurridos o tienen buena oferta gastronómica. El plan contempla, a futuro, potenciar la peatonalización de calles alejadas del centro con el plan Buenos Aires Verde, que prevé las construcción de macromanzanas y de plazas extendidas.
Hoy, la ciudad suma más de 25 intervenciones orientadas a rediseñar el uso del espacio público y darles prioridad a los peatones. Se modificaron esquinas, se nivelaron calles y se restringió el tránsito vehicular en espacios concurridos. Y en general, tuvo muy buena aceptación de los caminantes, aunque no así de los automovilistas.
En Palermo
El barrio de Palermo, por ejemplo, sumó valor agregado en dos esquinas de la avenida del Libertador. Desde hace dos semanas, los vecinos disfrutan del ensanche de veredas en el cruce con el bulevar Olleros, donde hay un café-restó. Allí se colocaron plantas y bancos de cemento en un espacio que antes ocupaban automóviles que estacionaban a 45 grados.
“Es muy bueno, realmente, como está todo; es muy positivo porque crea un ambiente más ameno y cercano a la gente”, dice Sofía Migliore, que vive sobre el bulevar.
Lo mismo ocurre desde hace poco más de un año en la esquina de Avenida del Libertador y Teodoro García, frente al local de una conocida heladería. Allí cerraron 30 metros de Teodoro García, entre Libertador y Migueletes, y unieron la vereda de la heladería con la plazoleta Eloy Alfaro. También renovaron las luminarias, colocaron bancos de cemento y sumaron algunas plantas.
“Está mejor; antes estaba lleno de autos. Igual, el local comercial debería mantener limpia la plaza, porque si los que consumen helados tiran los vasos fuera de los cestos, es problema de ellos, no de los vecinos”, opinó Aldo Giorio, que vive sobre Soldado de la Independencia y Olleros.
Otras intervenciones “prioridad peatón” fueron las realizadas en la esquina de las calles Vicente López y Uriburu, en el barrio de Recoleta. Allí se restauró y ensanchó la vereda aledaña al nuevo Recoleta Mall, donde están los bares frente al cementerio.
En Bulnes y Guardia Vieja, en Almagro, se ampliaron las esquinas para darles prioridad de paso a los peatones y, además, se favoreció a los bares y restaurantes que pueden colocar mesas y sillas en la vereda, sin entorpecer el paso de la gente.
También se trabajó en el mismo sentido en diferentes polos comerciales y gastronómicos. La zona de Conde y Dorrego, en el barrio de Colegiales, o también la de Fitz Roy y Soler en Palermo, como la de Dorrego y Nicaragua, en el mismo barrio, son ejemplos de la tendencia que es cada vez más notoria en la ciudad.
“Creemos que es fundamental para la ciudad poder recuperar espacios donde los vecinos puedan transitar más fluidamente y dándole prioridad al paso de los peatones. De esa forma conseguimos que en espacios que antes estaban de alguna manera perdidos, nazcan nuevos puntos de recreación en los que los vecinos pueden disfrutar en familia”, dice Eduardo Macchiavelli, secretario de Gestión Comunal, área responsable de los trabajos.
Según el funcionario, además de la extensión de las veredas y de la generación de nuevos espacios aprovechables para los comercios aledaños, con estas obras también se busca sumar seguridad en las calles a través del fortalecimiento del tendido de iluminación pública.
En lo que resta de este año, el gobierno porteño tiene previsto intervenir y ampliar las veredas en las calles Juncal, Anchorena y Ecuador, en el barrio de Recoleta), en Urquiza y Agrelo, de Balvanera, y en varias cuadras de la avenida Pedro Goyena, en el barrio de Caballito, para acompañar el constante crecimiento de polo gastronómico de esa zona.
Cambios en la calle
Los teóricos de la urbanización moderna, en líneas generales, entienden que cuando un peatón circula por la vereda y baja a la calle, se interpreta que invade el espacio de los vehículos.
Las calles con prioridad peatón, en cambio, buscan posicionarlas como un lugar de convivencia, entendiendo que el espacio público debe ser un lugar compartido y de encuentro en el que, indefectiblemente, deben interactuar múltiples actores.
Hoy, la ciudad ha modificado algunos sitios que eran conflictivos para el tránsito y los peatones; en su mayoría son intersecciones poco convencionales y muy abiertas, en las que la distancia de cruce peatonal es extensa, las aceras irregulares y las sendas de cruce difíciles de interpretar, tanto para los peatones como para los conductores de vehículos.
Así, modificó Warnes, entre Ángel Gallardo y Juan B. Justo; Gascón, entre Honduras y Aráoz; y también se pintaron rotondas como en la intersección de Libertad, Juncal y Quintana, en Recoleta; en la esquina de Bartolomé Mitre y Larrea, en Once, y en Tagle y Pagano, en Barrio Parque.
“En la zona, los cambios sirven porque a los peatones nos facilita cruzar. Antes era imposible”, dice Ricardo Pasini, vecino de Recoleta.
Según los funcionarios porteños, iniciativas de este tipo -que como se dijo, muchas veces son resistidas por los automovilistas- permiten que la ciudad sea “más amigable”.
“El exceso de espacio vehicular y la inconsistencia de la calzada llevan al rediseño del espacio vial para encauzar el tránsito; así logramos brindar mayor seguridad para peatones, ciclistas y también para los automovilistas. Además, con esto se clarifican los carriles y se evita el estacionamiento indebido”, sostiene Guillermo Dietrich, subsecretario de Tránsito y Transporte de la ciudad.
Según Dietrich, durante 2014, habrá modificaciones para avanzar sobre el concepto de prioridad peatonal en Diagonal Norte y Diagonal Sur, en el microcentro, y se proyectan intervenciones en las comunas 9, 10 y 11.
El plan Buenos Aires Verde, con macromanzanas -espacios de 12 manzanas con calles de prioridad peatón- y plazas extendidas, son iniciativas que forman parte de un proyecto a ejecutarse el año próximo.
La Tendencia, Según Los Urbanistas
Están a favor de beneficiar a los peatones en detrimento de los automovilistas particulares
“El hombre es una criatura caminante con una velocidad de entre 3 y 5 km/h, y lo más importante de la experiencia es lo que pasa al nivel de los ojos. El objetivo es que la ciudad sea la mejor ágora”, dice David Sim, urbanista del estudio Ghel, responsable del cambio de la 5a. Avenida en Nueva York.”
Cuanto más grande es la ciudad, más se camina. En las pequeñas ciudades, no hay medios de transporte multimodales. La ciudad tiene que ser un lugar para encontrarse. Y el plan debe dar prioridad a las personas”, opina Sonia Lavadinho, antropóloga urbana de la Escuela de Lausana.
Por Pablo Tomino | LA NACION
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