Se realizó hoy martes 2 de junio una audiencia pública en la legislatura en la cual se le dio la voz a los vecinos; para opinar sobre la ley para que el espacio verde ubicado en la Avenida Francisco Fernández de la Cruz entre las calles Las Palmas y Tilcara pase a denominarse Osvaldo Soriano. El escritor, fue un fervoroso simpatizante del Club Atlético San Lorenzo de Almagro y cerca de allí hoy se encuentra la cancha del club.
Por decisión de los otros oradores, que le cedieron la palabra, el vecino Adolfo Resnik fue el único que habló. Primero se declaró junto, a sus acompañantes “entrañable sanlorenzista” como el escritor, pero mostró su disconformidad con la ley: “Nosotros estamos en desacuerdo con que se coloque su nombre en ese lugar. Felicito a los legisladores por haber tenido la deferencia de colocar el nombre de tamaña figura pero, lo digo con todo respeto, entendemos que la figura de Osvaldo Soriano se merece un lugar más importante que un cantero.”,
El vecino esgrimió sus razones: “Nos parece que la figura de Osvaldo Soriano excede al sanlorencismo, al porteño y al país, porque se trata de una figura de renombre universal, con una gran cantidad de libros vendidos en el mundo, a pesar de que ya pasaron varios años de su desaparición física.”. Y propuso: “Quizás el reconocimiento a Osvaldo Soriano podría hacerse en alguna plaza del barrio de Boedo. Sería interesante que una plaza llevara su nombre, en el caso de que no se pudiera llevar adelante el monumento en el cementerio”
El proyecto original, que derivó en la ley sobre el cambio de denominación del espacio verde, proponía llamar Osvaldo Soriano a la actual calle Salcedo, desde la avenida Jujuy hasta José Mármol y había sido impulsada por los legisladores Pablo Bergel y Gustavo Vera.
Biografía
Hijo de un empleado de Obras Sanitarias de la Nación (ex empresa estatal de aguas), a los 26 años, Soriano se trasladó de la ciudad bonaerense de Tandil a la Capital Federal en 1969 para ejercer el periodismo. Allí se incorporó a la redacción de la revista “Primera Plana” a partir de lo cual comenzaría su constante relación con el periodismo. Además colaboraba en “Panorama”, “Confirmado” y en los diarios “El Eco de Tandil”, “Noticias”, “El Cronista” y “La Opinión”. También fue corresponsal de “Il Manifiesto italiano” y cofundador del innovador “Página/12” en 1987, donde trabajó como asesor del directorio y columnista de contratapas.
Como escritor, su primera novela la publicó en 1973, titulada “Triste, solitario y final”. Le siguieron otras de reconocida calidad: No habrá más penas ni olvido (1978), Cuarteles de invierno (1980), A sus plantas rendido un león (1986), Una sombra ya pronto serás (1990) El ojo de la Patria (1992) y La hora sin sombra (1995). Sus obras fueron publicadas en más de veinte países y fueron traducidas a los idiomas inglés, francés, italiano, alemán, portugués, sueco, noruego, holandés, griego, polaco, húngaro, checo, hebreo, danés y ruso.
Murió el 29 de enero de 1997 en Buenos Aires y fue sepultado en el Cementerio de la Chacarita.