El Gobierno Nacional envió un proyecto de “ley ómnibus” al Congreso, que incluye el cierre del Instituto Nacional del Teatro (INT), entre otros, además del achique o disminución de partidas presupuestarias destinadas a las áreas de Cultura o Educación. Mariano Stolkiner, había sido convocado por las autoridades electas del partido La Libertad Avanza, para que asumiera como director del INT. Sin embargo, el flamante funcionario, no pudo ni siquiera asumir, a pesar que desde el mes pasado se encontraba trabajando para gestionar de manera responsable el organismo para el cual había sido convocado, pero que hoy se pretende cerrar.
Stolkiner declaró a la prensa que “desde un primer momento, habiéndome llegado este ofrecimiento de forma completamente inesperada, tuve que reflexionar mucho, generando consultas hacia organizaciones del sector teatral, artistas y las propias personas que trabajan dentro de la institución. Sabiendo qué, por motivos personales, no podía asumir el cargo hasta mediados de enero, de todas formas, en torno a un período de transición, me puse a trabajar para ir interiorizándome respecto al funcionamiento y el estado de esta institución, conociendo a la gente que en ella trabaja. En todo momento la articulación con la Secretaría de Cultura fue en favor de sostener su normal funcionamiento, razón para la cual había sido convocado. Sin embargo, de manera completamente inesperada, me entero de este proyecto de ley que pretende cerrarlo. Ante este estado de situación, declaro mi enorme y urgente preocupación frente a esta medida, la cuál a su vez me resulta completamente incomprensible afectando a la sociedad en su conjunto, más allá de lo que me toca en términos personales, siendo que, a través de este proyecto de ley, no encuentro respuesta a la razón para la cual fui convocado en su momento”
A su vez, los consejeras y consejeros, las representaciones provinciales, direcciones de áreas, trabajadores e integrantes del jurado del Instituto Nacional del Teatro hicieron “un llamado al Congreso de la Nación para que no se apruebe el proyecto “Ley de Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos”, conocida públicamente como “ley ómnibus”. En dicho proyecto de Ley nos vemos directamente afectados por la propuesta de derogación de la Ley Nacional del Teatro (24.800), con la consecuente desaparición del Instituto Nacional del Teatro, junto a la Ley de No Demoliciones de Salas (14.800). Ambas leyes son fundamentales para el fomento, desarrollo y protección de las comunidades de trabajadoras y trabajadores del sector teatral nacional”
Desde el INT alertaron que “el teatro es trabajo y, como tal, generador de miles de fuentes de empleo. Con la derogación de la Ley Nacional del Teatro no solo están en riesgo los puestos de quienes formamos parte del Instituto Nacional del Teatro, sino de todas aquellas fuentes laborales que dependen de la puesta en escena de obras y ciclos de teatro independiente: rubros técnicos, actorales, dramatúrgicos y de dirección, salas y espacios de todo el país, medios especializados e infinidad de actividades conexas a la producción de las artes escénicas”
Stolkiner, perplejo, expresó que “hace unas semanas fui convocado para ocupar la Dirección Ejecutiva del Instituto Nacional del Teatro, organismo fundamental para el desarrollo de la actividad teatral en su conjunto a lo largo y ancho de todo el país. A este Instituto, que fue creado en el año 1997 a través de la ley 24800, por impulso de importantísimos referentes de nuestro campo cultural, le debo una gran porción de lo que soy hoy como artista. Sin la existencia de este Instituto, una enorme cantidad de hacedores no hubieran podido crecer dándole desarrollo a sus espacios de creación, posicionando al teatro argentino como uno de los más importantes a nivel mundial, lleno de valores que funcionan como difusores de nuestra cultura, no sólo hacia adentro de nuestro territorio, sino que aún cruzando las fronteras para instalar un sello de excelencia alrededor de nuestro quehacer teatral en el mundo”
El INT cumplió recientemente 25 años de existencia, difundiendo cultura, conocimiento, reflexión y entretenimiento a todo el país. Sin embargo, estos difusores de “patrimonio e histórica identidad nacional”, podrían ser suprimidos con sus salas privadas y quedar sin trabajo, por el proyecto de ley enviado por el presidente de la Nación Javier Milei.