El Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad y la Asociación Coreana en Argentina mejoró el rosedal del Parque Chacabuco con sus 5.000 metros cuadrados de espacio verde.
“La Comunidad Coreana Argentina es muy generosa con este aporte, una iniciativa que beneficia a todos los vecinos y que va a pasar a la posteridad como un gran gesto de convivencia”, expresó Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público porteño. Y agregó:“Esta intervención devolvió al antiguo rosedal su imagen y esplendor original”.
La propuesta incluyó la plantación de más de 1.000 rosales con especies de rosas trepadoras; arbustivas; floribundas y de té. Además se realizó el tendido de riego por goteo para los canteros donde están implantados los rosales, y se sumaron tareas de parquización con plantines florales.
El Rosedal de Parque Chacabuco cuenta con canteros que reproducen con especies florales de estación el logo de la Asociación Coreana. Se trata de cuatro “lágrimas” en colores rojo –hecha con Begonia Flor de Azúcar-, azul –con Petunia azul-, amarillo –con Tagete Patula “copete” amarillo- y verde –con Ophiopogon japonicus verde.
Su historia
Con diseño original del paisajista Carlos Thays, el parque constituye la zona más antigua del barrio de Parque Chacabuco. Su trazado original, de 1903, incluía una gran arboleda, canchas de futbol, un vivero y un tambo que vendía leche recién ordeñada.
Cuando el parque fue remodelado, en la década del ’30, llegó a convertirse en uno de los paseos más bellos de la ciudad. Fue entonces cuando se instaló el rosedal. Rodeaba a la llamada Fuente de los Sapitos, un espejo de agua de 45 metros de largo “custodiado” por sapos de bronce surtidores de agua, y llegó a tener más de 3000 variedades de rosas.
Con el tiempo el rosedal se fue degradando y cuando se hizo el trazado de la autopista 25 de mayo la fuente desapareció. La nueva fuente, inaugurada en 2004, mide 25 metros.
Sobre el Parque Chacabuco
El Parque Chacabuco se encuentra en el sudoeste de la ciudad, dentro del barrio que lleva su mismo nombre. Se trata de un espacio verde de 22 hectáreas, delimitadas por la calle Emilio Mitre y por las avenidas Eva Perón, Asamblea y Curapaligüe donde, desde hace más de 100 años, los vecinos del lugar vienen a pasar una tarde tranquila.
El parque fue mutilado con la construcción de la autopista en 1980, que lo partió en dos y le quitó casi 3 hectáreas de espacios verdes. Los vecinos desde esa fecha son muy celosos de la preservación de este espacio verde
A pesar de esta destrucción y la creación de calles dentro del lugar, todavía hay pájaros y grandes árboles. Con el correr de los años se sumaron muchas propuestas: juegos para los más chicos, el Centro Cultural Adán Buenosayres, el Polideportivo, un natatorio, un anfiteatro, circuitos deportivos y una pista de atletismo. También dentro del parque se construyeron dos centros educativos.