La muestra Marcos López Clásico y Moderno, puede visitarse gratis de miércoles a domingo de 14 a 20 en el  primer piso del Centro Cultural Borges del barrio de Retiro. Son noventa imágenes, algunas del autor y otras intervenidas con diversos materiales, luego de ser compradas en anticuarios.  “Hay sesenta imágenes antiguas de plata gelatina pintadas e intervenidas a mano con todo tipo de materiales: aerosol flúor, aplicaciones de pelo de verdad, pintura dorada para corona de reyes… del coronavirus”, reflexiona el creador multidisciplinario. López utiliza infinitas variables a la hora de intervenir las imágenes y provoca una especie de “surrealismo precario”, según sus propias palabras, conservando al mismo tiempo la magia original de las fotografías.

Marcos López, explica: “Esta exposición se podría llamar El pasado, y el título funcionaría perfecto. Toda fotografía tiene que ver con el pasado. Hasta las selfis hechas con los teléfonos. Atrapar el recuerdo. Si me pongo a pensar por qué desde hace tres o cuatro años me puse obsesivamente a revisar cajas de fotos viejas en los anticuarios de San Telmo, diría que tiene que ver con que desde hace un tiempo, yo diría desde que cumplí sesenta, siento que todo lo que tenía que fotografiar ya lo fotografié”

Sobre sus temas en las obras, explica: “las situaciones que tienen que ver con una reflexión visual sobre la “Identidad Cultural” (con mayúsculas) ya las hice. Además, siempre me gustó pintar. Y con la pandemia, la ecuación de pintar, de las fotos antiguas y de quedarme dentro de mi casa fue una excusa perfecta para terminar una serie de más de cien fotos pintadas a mano. Tengo cajas llenas. Todo este último tiempo fue un trabajo de laborterapia ocupacional. Los temas se repiten y son todos temas centrales a mi estructura emocional, cultural, de identidad y de formación y de traumas irresueltos: el pecado, la culpa, la formación católica, patriarcal, autoritaria y los casamientos para toda la vida”

 

Sobre Marcos López

Santafecino nacido en 1958. Comienza a tomar fotografías en blanco y negro en 1978. En 1982 se traslada a Buenos Aires tras obtener una beca de perfeccionamiento del Fondo Nacional de las Artes. En 1989 integra la primera promoción de becarios extranjeros de la Escuela Internacional de Cine y TV de Cuba y realiza documentales para cine en 16 mm y video. Comienza a investigar con el color y desarrolla la serie Pop latino durante los 90 y, en los últimos años, la serie Sub-realismo criollo.
En 2013 culmina Ramón Ayala, su ópera prima en el campo cinematográfico, un documental-ficción sobre el compositor, músico y pintor argentino homónimo, que gana el premio del público del BAFICI 13 (2013) y se estrena posteriormente en numerosos cines de Argentina.
Sus fotografías forman parte de las colecciones del Museo Nacional de Arte Reina Sofía de España, de la Daros Latinamerica Collection de Suiza y de la Tate Modern Gallery de Londres, entre otras colecciones públicas y privadas. Sus libros publicados son Retratos (1993, reeditado en 2006), Pop latino (2000), Sub-realismo criollo (2003), El jugador (2007), Pop latino plus (2007) y Marcos López (2010).