Fito Paéz se presentó el miércoles 29 de julio en la Ballena Azul del Centro Cultural Kirchner, con entrada gratuita, en un concierto sinfónico junto a la Orquesta Kashmir.
El músico rosarino repasó parte de la historia de la música popular latinoamericana, con homenajes a Charly García, Chico Buarque, Luis Alberto Spinetta, Víctor Jara, Pablo Milanés, Litto Nebbia, Aníbal Troilo, Atahualpa Yupanqui y Gerardo Gandini.
Dirigido por Mariano Otero, el espectáculo “Páez en América” −que surgió de un concierto en el Festival de Cámara Leo Brower en La Habana, y se presentó en Estados Unidos, España, Inglaterra, Israel, Brasil, Chile y Colombia− recorrió gran parte de la discografía de Páez y de su popular cancionero en más de dos horas de música.
Temas como “Y dale alegría a mi corazón”, “Cadáver exquisito”, “11 y 6”, “Tumbas de la gloria”, “Un vestido y un amor”, “Carabelas de la nada”, “Naturaleza sangre”, “Detrás del muro de los lamentos” y “Dar es dar” sonaron en versiones orquestales, muchas de ellas, arregladas por el pianista y compositor Gerardo Gandini, a quien Páez recordó como “uno de los músicos más grandes de la historia” y dedicó “Ámbar violeta”, tema incluido en el disco Ciudad de pobres corazones, de 1987.
También hubo lugar para una aplaudida “Te recuerdo, Amanda”, del chileno Víctor Jara; para la trova cubana, con “El breve espacio en que no estás”, de Pablo Milanés —“una de las canciones de amor más bellas que se han escrito”—, y para una de las primeras composiciones del rock nacional, “Viento, dile a la lluvia”, de Litto Nebbia, quien, según Fito, “inició todo”.
El tango y el folklore se hicieron presentes de la mano de “La última curda”, de Cátulo Castillo y Aníbal Troilo, y “Los ejes de mi carreta”, de Atahualpa Yupanqui y Romildo Risso. “Es un seleccionado de Messis esto”, advirtió el músico entre tema y tema.
En uno de los momentos más conmovedores de la noche, Páez recordó especiamente a Luis Alberto Spinetta. “Esta fue la pieza fundamental desde la que se hizo toda su obra, que fue muy delirante y muy hermosa”, introdujo antes de cantar una emotiva version de “Muchacha ojos de papel”. Luego, recordó la grabación de Lalala, junto a Spinetta en 1986 , disco del que cantó en su honor “Parte del aire”.
A modo de tributo a Charly García, la orquesta ejecutó una original versión de Gandini de “Canción para mi muerte”, con la que Páez celebró a Sui Géneris. “En 1978, en plena locura y muerta, el gran García escribe esta canción hermosa que tiene infinidad de capas”, dijo a continuación sobre “Desarma y sangra”, una de las interpretaciones más aplaudidas de la velada. “Te amo, Charly, con todo mi corazón”, expresó el músico antes de cantar.
Sobre el final, el artista hizo especial mención de Buarque y su tema “Construcción”, “una canción que cambió todo lo conocido sobre estructuras musicales”, definió.
A la hora de los bises, en una bellísima versión a capella, el rosarino interpretó “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, una de las canciones que marcaron la consolidación de su carrera musical y que popularizó Mercedes Sosa.
El músico cerró una noche de fiesta con dos potentes versiones de “Ciudad de pobres corazones” y “Mariposa tecknicolor”, no sin antes celebrar la apertura del Centro Cultural Kirchner: “¡Qué bueno tener este lugar en la Argentina!”.
Con entradas agotadas, el concierto también pudo seguirse a través de pantallas gigantes en alta definición y con sonido de alta fidelidad que se instalaron en el auditorio ubicado en La Cúpula del Centro Cultural Kirchner y en el exterior del edificio.
Figura emblemática del rock latinoamericano, con 31 años de trayectoria musical, 22 discos editados y 5 premios Grammy latinos, Fito Páez se ha convertido en uno de los exponentes más importantes de la música argentina.