Llegó esa época del año donde podemos ver hojas de diferentes colores sobre las copas de los árboles. Se tiñen las calles, veredas y parques de la Ciudad con colores otoñales. Nuestros pasos hacen ruido al caminar por encima de las hojas secas que se acumulan natural y momentáneamente con el viento. También se puede disfrutar de este paisaje otoñal en los distintos espacios verdes de la Ciudad, previo a la limpieza diaria de parques y plazas. Sin embargo las hojas perdidas, no son un simple deshecho, ya que pueden reutilizarse y su caída facilita diversas actividades.
¿Alguna vez te preguntaste por qué es importante que haya árboles que “pierden” sus hojas en otoño? ¿Qué ventaja tienen dentro del arbolado urbano?
La senescencia foliar o caída de hojas en otoño se da sólo en aquellas especies de hoja caduca. Es decir que hay otras especies, de follaje persistente o semipersistente, que tendrán una evolución distinta a lo largo del año. Las especies más comunes de hoja caduca que podemos encontrar en las veredas son: fresno (Fraxinus spp.), liquidambar (Liquidambar styraciflua), plátano (Platanus x acerifolia), tilo (Tilia spp.) y arce (Acer spp.), entre otros. Otras especies serán más fáciles de observar en parques y plazas, como por ejemplo: álamo (Populus spp.), ciprés calvo (Taxodium distichum), ginkgo (Ginkgo biloba), olmo (Ulmus spp.), roble (Quercus spp.) y sauce (Salix spp.).
Este proceso natural de caída de hojas, es uno de los requisitos que deben cumplir algunas de las especies aptas para ubicarse en veredas, las cuales fueron seleccionadas rigurosamente según sus características morfo-fisiológicas y descritas en el Plan Maestro para el Arbolado Público Lineal de la Ciudad. Dentro de los múltiples beneficios que supone la presencia del árbol dentro del entorno urbano, la caída de hojas permite:
Aumentar la exposición al sol en épocas de bajas temperaturas, regulando la amplitud térmica a lo largo del año y permitiendo mayor luminosidad y seguridad.
Observar la transformación estacional del paisaje urbano, eventos aprovechado por paisajistas para relucir las particularidades de cada especie botánica en los distintos momentos del año. Esta transformación del paisaje sólo sucede en áreas geográficas alejadas del trópico.
Admirar la belleza de la arquitectura de tronco y ramas, a la vez que se aprecia el relieve y las particularidades de la corteza que poseen las diferentes especies arbóreas. Esta es una característica muy importante utilizada por el personal inspectivo de la Ciudad para identificar especies cuando estas no poseen hojas, flores o frutos, junto con la morfología de las “yemas dormidas”.
El óptimo crecimiento del césped que crece debajo de los árboles y necesitan plena insolación durante los meses de invierno.
Gestionar la poda invernal con mayor eficiencia, en aquellos ejemplares que así lo requieran y en un momento determinado del año. Cuando el árbol se encuentra sin hojas admite podas más intensas sin que esto le genere un daño o perjuicio al ejemplar intervenido. Las tareas de poda son necesarias para garantizar el crecimiento adecuado de los árboles dentro de nuestro entorno urbano.
La incorporación de residuos orgánicos al suelo, los cuales son degradados naturalmente por los microorganismos descomponedores, aumentando la fertilidad y mejorando la estructura y permeabilidad del suelo, permitiendo mayor infiltración de agua de lluvia y evitando inundaciones o la erosión del suelo.
Hojas en parqueHojas en parque
Los especialistas recomiendan utilizar las hojas como sustrato orgánico para incorporar en canteros y macetas o para la fabricación de compost casero, sin necesidad de ser arrojados a la basura. Las hojas secas convienen ser trituradas para facilitar el proceso de descomposición y optimizar su uso. A partir del compostaje casero podés producir un excelente abono orgánico para tus plantas.