El 18 de marzo de 2022, el Centro Cultural Borges reabrió sus puertas al público, luego que la Subsecretaría de Gestión de Espacios y Proyectos Especiales del Ministerio de Cultura de la Nación la Argentina recuperó un sitio emblemático de la Ciudad que existe desde la década de 1990. Las artes visuales, la fotografía, la literatura, la música, el tango, las letras y la danza se manifiestan de múltiples formas, entre exposiciones, conciertos, conferencias y seminarios, entre otras, en sus casi diez mil metros cuadrados que regresaron a la Cultura en este 2022.
Sus trabajadores contribuyen a construir cada día un lugar de pertenencia accesible para todos los públicos, con espacios cuya programación alberga expresiones de disciplinas y estéticas diversas con las que se dialoga y se crece.
La gestión estatal produjo en este primer año tres acontecimientos de gran relevancia para su historia cultural. Luego de más de medio siglo de ocupar provisoriamente una parte del Palacio Errázuriz, el Museo Nacional de Arte Oriental reabrió sus puertas en el pabellón III del segundo piso del Centro Cultural, área que fue completamente acondicionada para albergar su patrimonio y sus actividades. En segundo lugar, el Borges es actualmente una de las sedes de la 110.a edición del Salón Nacional de Artes Visuales, que exhibe en sus salas ciento treinta obras seleccionadas y premiadas de artistas de todo el país. Por último, el Tango adquirió una centralidad en la programación del Centro Cultural con grandes referentes del género presentándose en concierto, con exquisitos espectáculos de danza, con el Encuentro Nacional de Tango Argentino en noviembre, en el que participaron cientos de bailarines y bailarinas de todo el país, y finalmente con la Semana del Tango en el Borges, que culminó el domingo 11 de diciembre —Día Nacional del Tango— con la inauguración de la Sala Tango, sobre la esquina de Córdoba y Florida. Este espacio único de ciento setenta metros cuadrados, con pisos de madera, luz natural y ventanales que permiten observar la vida de la ciudad, se suma como nuevo ámbito destinado al género.
Para celebrar este gran año, rememoramos lo hecho hasta aquí, una tarea llevada adelante con un profundo compromiso con la gestión cultural pública y las políticas culturales para todos y todas.
El público y los y las artistas volvieron al Borges y lo hicieron propio. Cerca de doscientas mil personas colmaron sus salas bailando, escuchando música, debatiendo, reflexionando, leyendo, expresándose. La programación comprendió ochocientos eventos a lo largo del año, que involucraron a cientos de artistas, técnicos y asistentes que pudieron trabajar y volver a desarrollarse profesionalmente luego de la pandemia. En esta reapertura, el Borges fue escenario, platea, escuela, milonga de tango, club de jazz, galería, espacio de reflexión, encuentro y biblioteca.
En el Borges actuaron Amelita Baltar, Diego Schissi, Julio Pane, Escalandrum, Juan Cruz de Urquiza, Javier Malosetti, Hernán Jacinto, Carlos Aguirre, Coqui Ortiz, Liliana Herrero, Liliana Vitale y Carmen Baliero, entre otras muchas figuras. Y es de destacar también la gran calidad artística de los ciclos Industria Nacional, de música contemporánea —curado por Marcelo Delgado—, y Experiencias en Escena, dedicado a la danza, con curaduría de Adriana Barenstein.
Las artes visuales volvieron a brillar en los trabajos de Yuyo Noé y de León Ferrari, en las exposiciones desarrolladas por el Palais de Glace, en las muestras del programa La línea Piensa (de Yuyo Noé y Eduardo Stupía), en la Reserva-Taller Libero Badii y en la exposición El caso Breccia, entre otras actividades de gran relieve. También se albergó una exposición de la Fundación Mercedes Sosa dedicada a la gran cantora argentina y se produjo la maravillosa Marcos López: Clásico y Moderno, en la que el artista intervino fotografías antiguas y fue su propio curador. Otros eventos destacados fueron la instalación de los pañuelos intervenidos por veintinueve artistas contemporáneos, realizada como apoyo y compromiso con la búsqueda continua de Abuelas de Plaza de Mayo —en el marco de sus cuarenta y cinco años de lucha—, y la exposición de dibujos de Miguel Rep Mundialitas, dedicada a la historia de los mundiales de fútbol.
Se inauguró la fotogalería del primer piso con la muestra Sara Facio y la creación de la colección fotográfica del Bellas Artes, que cierra el año con Preferencias del sistema, de Andrea Ostera y Gabriel Valansi, exposición que continuará hasta enero de 2023. En materia de fotografía, también se presentaron la 33° Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino, de ARGra; Mapuche, el retorno de las voces antiguas, de Pablo Piovano, y Ayni, muestra colectiva con curaduría de Sebastián Miquel.
Las infancias y sus familias también volvieron al Borges. Durante el mes de julio hubo música en vivo con Mariana Baggio, Koufequin y el espectáculo Con-ciertos payasos con el maestro Carlos Gianni en escena, y narraciones con Cuentos a cuerda. En coproducción con el Teatro Nacional Cervantes se estrenó Seres imaginarios de Borges, de Fernando Flores Maio —sobre textos escritos por Jorge Luis Borges en colaboración con Margarita Guerrero— y con dirección de Claudio Gallardou. Para los más grandes hubo Mesas Lúcidas, un espacio lúdico con música en vivo para crear y experimentar con luces y sombras. Se realizó un ciclo de cine con películas de todas las épocas, y la biblioteca, abierta al público, se pobló de libros de todos los géneros.
El Borges fue también un centro de difusión de la literatura, con debates, presentaciones, clases magistrales, seminarios y talleres de lectura y escritura. Compartieron sus palabras Noé Jitrik, Luisa Valenzuela, Martín Kohan, Carlos Gamerro, Mempo Giardinelli, Claudia Piñeiro, Gustavo López, María Pia López, Gabriela Cabezón Cámara, Ana Longoni, Graciela Speranza, Reinaldo Laddaga, Yaki Setton, Cora Gamarnik, Hernán Brienza, Sergio Pujol, Marta Dillon, Jorge Alemán y Guillermo Martínez, y fue sede de las Jornadas Jorge Luis Borges y de las jornadas realizadas en homenaje a Antonio Di Benedetto en el marco del centenario de su nacimiento.
Como espacio de articulación y promoción con la producción cultural local, el Centro Cultural se convirtió en la primera sede propia de la tienda del Mercado de Artesanías Tradicionales e Innovadoras Argentinas (MATRIA), para la exhibición y difusión de las creaciones de cientos de artesanas y artesanos de todo el país. Actualmente, y hasta marzo de 2023, se exhibe la muestra Manos plateras, patrimonio vivo.
Bajo la dirección de Ezequiel Grimson, dirección de programación de Jimena Pautasso y dirección de producción de Natalia Bellotto, el Borges, en cuyo edificio se estableció por primera vez el Museo Nacional de Bellas Artes —aquel de Schiaffino en el Bon Marché—, dialoga hoy con nuevos museos, obras y artistas, y con nosotros, con las memorias de ayer y las creaciones de mañana. Nuestro objetivo es que 2023 nos encuentre consolidando lo hecho y trabajando aún más profundamente por la producción cultural nacional, protegiendo y promoviendo la diversidad de patrimonios que nos representan y apasionan.