La ONU considera que el agua es fundamental para la salud y las actividades productivas

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebra el 22 de marzo como el día mundial del agua. El establecimiento, por la Cumbre de la Tierra que tuvo lugar en Río de Janeiro, Brasil en 1992, reconoció internacionalmente el hecho de que la protección del medio ambiente y la administración de los recursos naturales deben integrarse en las cuestiones socio-económicas de pobreza y subdesarrollo. En la Argentina se calcula que el 83% de la población tiene acceso al agua potable.

La ciudad de Buenos Aires superan el 95% de cobertura, mientras que en algunas provincias no llega al 80%, donde los habitantes  suelen tomar agua de lluvia que almacenan en tanques o aljibes. La ONU, en su Asamblea General cuando aprobó la conmemoración, consideró que toda las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y que cuando aumenta la población, muchos países ya se encuentran en escasez.

La Cumbre para la Tierra de 1992, que reunió a políticos, diplomáticos, científicos, periodistas y representantes de organizaciones no gubernamentales  de 179 países, ya había alertado que si se abusa del medio ambiente y se consumen en exceso los recursos, la gente sufre y las economías se debilitan.

El agua, elemento esencial de la vida,  la ONU hoy la distingue por su papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. El agua incide en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, la salud humana y al medio ambiente.

El agua es esencial para el trabajo y la producción del mundo. La ONU calcula que la mitad de los empleados del mundo (1500 millones de personas) trabajan en sectores relacionados con el agua. Guy Ryder, director de la OIT, declaró que “aquellos que velan por un suministro seguro, pero no son reconocidos y no se los protege, como aquellos que tienen que caminar cientos de kilómetros para llevarlo a sus familias ”

El agua, así como la contaminación, no reconoce los límites políticos o geográficos y afecta a los países, regiones y pueblos más allá de su punto de origen.