El Día Mundial de la Obesidad, fue establecido por la Organización Mundial de la Salud en 2020 y se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud y en ese caso requiere de tratamientos interdisciplinarios para mejorar la calidad de vida
Muchas veces se confunde y se utiliza al peso como sinónimo de obesidad, cuestión errónea. El Día Mundial de la Obesidad, que tiene lugar cada 4 de marzo, es una fecha en la cual se busca concientizar acerca de los riesgos que conlleva el exceso de tejido adiposo, que representa del 20 al 25% del peso total corporal en individuos sanos, y su función principal es el almacenamiento de energía en forma de lípidos (grasa), pero cuando supera esos porcentajes, puede acarrear enfermedades, tales como la diabetes e hipertensión.
La obesidad es una enfermedad multifactorial, ya que los factores que la provocan son de los más variados: dietas desequilibradas, predisposición genética, metabolismo más lento, cambios hormonales, problemas psicológicos, entre otros. A su vez, existen distintos niveles siendo la obesidad mórbida el más alto. “La obesidad mórbida es un problema de salud que afecta silenciosamente la calidad de vida de las personas y disminuye su expectativa de vida en relación al futuro, y Argentina es uno de los países de Latinoamérica con mayor índice de obesidad entre su población” comentó el Dr. Jorge Harraca, presidente de la Sociedad Argentina de Cirugía de Obesidad (SACO). Frente a este contexto, Hablando de Obesidad –la iniciativa desarrollada por la compañía Medtronic- busca brindar información científica que facilite el acceso a una mejor calidad de vida, y brinda herramientas respecto al abordaje de la obesidad.
¿Cuáles son los métodos de diagnóstico de obesidad?
Calcular el Índice de Masa Corporal (IMC) es un método sencillo, pero limitado en cuanto a la información que brinda. Por eso, también es importante identificar los diversos depósitos de grasa que se encuentran en diferentes partes del cuerpo, por lo que es posible diferenciar el peso en músculos del peso en grasa, datos que pueden aportar y trazar un perfil clínico más claro del paciente.
Algunos de los métodos que se pueden utilizar son:
· Medición de los pliegues cutáneos: usando un adipómetro o plicómetro para medir la grasa o los depósitos de grasa debajo de la piel.
· Bioimpedanciometria: el dispositivo genera una corriente eléctrica imperceptible para analizar el porcentual de grasa, agua, músculos y huesos del cuerpo.
· Ecografía, tomografía o resonancia magnética: generalmente se usa para evaluar la obesidad abdominal. A través de estos exámenes es posible evaluar el grosor del tejido adiposo en los pliegues y tejidos más profundos.
· Medición de la circunferencia de cintura: uno de los recursos más simples y populares que se utiliza para verificar el depósito de grasa abdominal. Lo ideal es que los hombres tengan una cintura por debajo de los 94 centímetros y las mujeres de 80.
· Índice cintura x cadera – o ICC –: donde se verifica la relación entre circunferencia de cintura y circunferencia de cadera, con este cálculo es posible evaluar la cantidad de grasa corporal y los riesgos de acumulación de grasa.
“Esta patología tiene un tratamiento cuyos porcentajes de éxito son altos. Para eso, se debe poner el foco en un cambio de estilo de vida, más allá de las dietas. De hecho, el 98% de las personas que buscan una solución contemplando únicamente las dietas, fracasan. Esto es porque tienen alteraciones metabólicas que no le permiten realizar un descenso y mantenerlo en el largo plazo” explicó Harraca. “Para emprender un tratamiento debe haber un compromiso por parte del paciente y, además, estar acompañado por un equipo interdisciplinario” expresó el doctor.
Tratamiento interdisciplinario para abordar la obesidad mórbida
La cirugía bariátrica es, según la OMS1, el tratamiento más efectivo frente a la obesidad mórbida, cuando se alcanza el grado más alto y representa más del 50% del peso normal. Ésta es una herramienta que facilita el proceso: no sólo para descender de peso sino además para sostener todo ese proceso a lo largo del tiempo. Este tipo de intervención forma parte de una escalera terapéutica, en la cual, se constituye como el primer paso para abordar un cambio de conducta por parte del paciente. Para llevarla a cabo, se realiza previamente una evaluación del paciente en donde se comprueba si puede ser candidato o no a realizarla.
Existen dos tipos de intervenciones: el bypass gástrico, donde se tratan el estómago y los intestinos, y la manga gástrica, la cual reduce la capacidad o tamaño del estómago. Ambas se realizan a partir de tecnología de última generación, por lo que son mínimamente invasivas y su elección dependerá de las características del paciente.
Por ejemplo, aquellos pacientes con diabetes, hipertensión, o que presentan enfermedades por reflujo grave, son candidatos a un bypass gástrico. Mientras que, la manga gástrica, es recomendable para el resto de los casos, especialmente en mujeres en edad reproductiva (dado que ésta no altera la alimentación y no implica dar una suplementación, como en el caso del bypass) o aquellas que están cerca de la menopausia, ya que es una etapa que requiere mucho calcio y la manga no altera esa absorción de calcio, algo que sí altera el bypass.
Una vez evaluada la situación y elegida la cirugía a realizar, se inicia un proceso con un equipo interdisciplinario, en el cual se realizan estudios clínicos, de hábitos y comportamientos alimentarios, y psicológicos para generar una estabilidad emocional en el paciente y descartar conductas adictivas. Luego de estos estudios, se avanza con el proceso quirúrgico. Este tipo de cirugías se realizan en el día y poseen un periodo corto de internación.
Cómo continúa el tratamiento post cirugía
El hecho de realizar la cirugía mediante videolaparoscopia -sistemas televisados- disminuye el trauma operatorio y acelera la recuperación. Por eso, una vez dado de alta, el paciente continúa el proceso de recuperación -en movimiento- en su casa y, en aproximadamente 10 días, puede retomar sus actividades habituales -siempre y cuando estas no sean complejas o impliquen grandes esfuerzo-.
“Cabe destacar que, aproximadamente el 20% de los casos, 4 ó 6 años después de la cirugía, presenta lo que se conoce como reganancia de peso. Es decir, la persona vuelve a subir de peso. Esto no implica ningún tipo de fracaso por parte del paciente, ni el de la cirugía. Es parte del proceso natural de una persona con una enfermedad crónica como es la obesidad” explicó Harraca. “Por eso es tan importante mantener un control posterior a la cirugía, ya que, si la operación está en condiciones, el médico junto al equipo multidisciplinario logrará controlar la situación simplemente con una intervención en el comportamiento del paciente” concluyó.
La importancia de visibilizar a la obesidad y mostrar las posibilidades de contención y tratamiento, resulta indispensable desde la comunidad médica y la sociedad. Muchas personas mueren por esta patología, muchas sufren, padecen y esta situación es reversible. No se trata de no comer, sino de aprender a hacerlo, de proponerse un cambio de hábitos y de comprometerse a trabajar por una mejor calidad de vida.
Acerca de Hablando de Obesidad Para más información sobre la obesidad se puede ingresar a hablandodeobesidad.com, una plataforma educativa de Medtronic que tiene el objetivo de informar sobre esta enfermedad, orientar acerca de los principales problemas de salud que se asocian a ella y los tratamientos disponibles para los pacientes. Además, cuenta con testimonios, un blog con datos actualizados y una sección de mitos y verdades que son de utilidad para comprender esta condición y combatir los prejuicios que existen en torno a ella.