Bobby Flores, la voz de la nueva FM Malena dedicada al tango, con más de 30 años en la música, el hombre que fue uno de los fundadores de la Rock & Pop y referente del género habla de los desafíos de la nueva emisora, del estado de salud del tango y de las nuevas formas de consumir música.

 

Vos pusiste en marcha otras radios. ¿Qué desafíos significa ser la voz de la emisora de un género con el que, a priori, la gente no te identifica?

 

Yo llegué a todo desde el rock, excepto al tango y al jazz porque los escuchaba mi viejo en casa. Soy porteño, así que tengo el tango en el ADN, además de haberlos puesto en la Rock&Pop. Es más que nada una cuestión de marketing cuando te ubican en un sector. Pero nunca estuve ajeno al tango; ahora puedo ejercerlo y es muy gratificante tener esta oportunidad.

 

Durante el año pasado, Malena fue construyendo una identidad. ¿Cuál es el espíritu que te gustaría que tenga?

 

Que sea la banda de sonido ideal para andar por Buenos Aires. Me imagino que, si vas a Salta, se escucha a el Cuchi Leguizamón. O con la Mona Giménez en Córdoba. Me gustaría que la radio sea una forma de mostrar Buenos Aires, que no sea un tango puertas adentro ni for export. El rock tomó las calles en los 80 y me parece que ya no lo hace. Ahora, la calle tiene que ser del tango.

 

Se habla mucho de un resurgir del tango, porque hay nuevas orquestas de jóvenes y milongas repletas de gente. De todas formas, no es masivo como en otras décadas. ¿Cuál creés que es el estado de salud del género?

 

Desde la radio, nuestro desafío es poner tango. Cuando comenzamos con la Rock&Pop, nos decían que estábamos para el Borda por querer hacer una radio de rock las 24 horas del día. Era una locura más grande que ésta de Malena. En el aquí y ahora, la escena del tango es mucho más sabrosa, jugosa, creativa y pesada que la del rock. Incluso creo que el tango es mucho más moderno que el rock. La poesía del tango de hoy no la tiene ni el rock ni el bolero ni ninguna de esas cosas. Ves la programación del festival Lollapalooza y te preguntás por qué están los que están. Ya que lo hacés en Buenos Aires y sos moderno, ¿por qué no invitás a Tanghetto o a El Arranque? Nos quieren hacer creer que el tango está obsoleto.

 

Hablás como si el rock ya no te representara.

 

Uno no se va haciendo viejo: se va haciendo sabio. Pertenezco a una generación que tuvo el cénit del rock en sus manos. Heredamos a Los Abuelos de la Nada, Virus, Fito, Sumo, Los Pericos y Los Redondos; antes de eso, habíamos tenido a Spinetta, Manal y La Máquina de Hacer Pájaros. Y siempre, después del cénit viene el ocaso. Cuando camino por Buenos Aires, la veo vieja, sin onda, muy de cerveza en el cordón de la vereda y con letras que dicen: “Señor kiosquero, deme el dinero”. El rock no estaba en el menú del joven moderno de los 80. Pero de repente llegan Spinetta y Fito con esa versión de “Grisel” y te sorprendés. El tango comenzó a llenar esos casilleros que antes le pertenecían al rock.

 

Vos usás mucho la palabra moderno. ¿Qué te parece moderno en el tango de hoy?

 

No necesariamente tiene que ser actual para ser moderno. Andy Warhol, por ejemplo, será siempre moderno. Aunque era de los años 40, el Quinteto Pirincho era repunk, pura energía que se bailaba a los pedos. Si tuviese que hacer una playlist, entrarían El Arranque, La Chicana, el Quinteto Pirincho y, claro, algo de Piazzolla. Si vos sos japonés y te hago escuchar eso, no sabés decir cuál es de ahora y cuál no. Hoy es mucho más moderno Ástor que un pibe de 20 años que toca en una orquesta como lo hacían en la década del 30.

 

¿Te parece que hay una letrística moderna? Sin embargo, me da la impresión de que no se le escribe a la Buenos Aires de hoy. ¿Qué opinás?

 

Hay quienes sí lo hacen y hablan de lo que pasó hace 10 o 20 años. Quizá no hablan de Buenos Aires como lo hacían Discépolo, Manzi y Expósito, pero esta ciudad tampoco es aquélla. Hay lugares que están hechos mierda, que necesitan una reconstrucción. Quiero decir: tampoco Buenos Aires puede generar una gran inspiración en una situación como ésta. No hablo de política ni de delitos. Hablo de lo que es la ciudad hoy; te tiran abajo una cúpula preciosa para poner un supermercado. Ya Gustavo Cerati escribió eso de “Buenos Aires se ve tan susceptible”. Veía claramente en qué se estaba convirtiendo todo. El espíritu está inalterable, pero hay tipos que piensan que modernidad es sacar el adoquín para poner pavimento. ¡Qué brutos que son!

 

Por Roberto Durán

 

Fuente Redacción Z

bobby_flores-433x288