Por la lluvia, los recitales de tango que iban a hacerse ayer en Puente Alsina serían reprogramados en La Usina del Arte (Caffarena 1, esquina Avenida Pedro de Mendoza, La Boca), según el Ministerio de Cultura porteño. Para agosto, habrá un show de Daniel Barenboim.

 

Comienza la segunda etapa de la puesta en valor de un centro cultural en la zona sur porteña que en algunos meses abrirá sus puertas al público. Polo Bandoneón estará ubicado en el histórico Puente Alsina (avenida Sáenz Oeste 1480, en el barrio de Pompeya, en el límite con la provincia), apoyado en ese instrumento como eje del espacio, y tiene como objetivo la preservación del tango como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Habrá talleres de luthería y de música, biblioteca y la proyección de documentales sobre el género. El mal tiempo frustró los festejos.

 

“Busca preservar la orquesta típica, el lenguaje del tango, la escuela de luthería, y la promoción de talleres”, detalló la bandoneonista Carla Algeri, responsable del proyecto.

 

“El Puente Alsina es un lazo de unión entre Pompeya y Valentín Alsina y debe ser también como un faro cultural para los vecinos”, analiza el ministro de Cultura de la Ciudad Hernán Lombardi, y agrega: “La cultura tiene un rol en cuanto a la integración y el desarrollo de los sectores más postergados.”

 

“En este polo cultural habrá espacio para una orquesta de tango del Río de la Plata, una escuela de bandoneones, y una cátedra de estilos e interpretación del lenguaje del tango”.

 

Las instalaciones se presentaron ayer de manera oficial al mediodía, cuando iba a comenzar al aire libre una serie de recitales de músicos como Jairo, Raúl Lavié, Sandra Mihanovich, María Graña, Cecilia Milone, Gloria y Eduardo y la Orquesta del Tango de Buenos Aires. Como la lluvia no cesaba, los espectáculos debieron suspenderse, el escenario debió ser desmontado, pero los músicos no se fueron de la zona sur sin conocer el edificio en vías de refacción. Allí se fotografiaron junto al ministro y celebraron la iniciativa para la revalorización no sólo del género sino también de ese sector del territorio porteño.

 

Desde la Ciudad explican que “hay que anunciar que esto se está armando” y presentan el nuevo espacio como “el polo cultural más representativo para la preservación del tango” y detallan que en la primera etapa, que se concretó en pocos meses, “se adquirieron bandoneones que permitirán dar clases a cincuenta alumnos; habrá seis aulas para la enseñanza de bandoneón y talleres de luthería”.

 

Con el tiempo, uno de los objetivos es montar en ese centro cultural una fábrica de bandoneones, que son instrumentos que nacieron en Alemania pero en la Argentina se convirtieron en elementos esenciales para el tango.

 

Puente Alsina tiene 770 metros cuadrados de superficie, que estarán distribuidos entre la sala de máquinas, la planta baja y cuatro niveles superiores. La primera etapa incluyó obras de limpieza, demolición, retiro, consolidación, pintado, instalaciones eléctricas y sanitarias, y refacción del ascensor. Se intervinieron más de 620 metros cuadrados de superficie y se pintaron cerca de 1340 metros cuadrados de muros y cielorrasos.

 

Ahora empieza la segunda parte, la definitiva, apuntada al lado este del edificio, para reparar y acondicionar el espacio donde este año ya comenzarán el taller de bandoneón, la pista de baile, y las oficinas.

 

Se buscará la profesionalización del talento de la ciudad dedicado al tango y esos talentos luego serán los representantes para los intercambios culturales con las diferentes ciudades del mundo. También habrá una biblioteca de archivos de música, partituras, arreglos, cine, historia del tango, proyección de documentales del género musical, y una editorial para la edición de nuevos materiales”, destacaron desde la cartera cultural porteña.  «

 

  La zona sur según los artistas

 

“Me llevo de acá una sorpresa agradable”, dice Raúl Lavié, en su recorrida por lo que en unos meses será el Polo Bandoneón, y explica: “Aprovechar este sitio histórico, con tanta relación con el tango, y encontrar de un lado la ciudad y del otro el sur de la provincia, reivindicando el bandoneón, es maravilloso, y hará que los jóvenes sigan manteniendo un instrumento que no es de origen argentino pero se ha convertido en tradicional para el país.”

 

Jairo coincide con su colega y agrega: “Acá se siente tango. Es un lugar perfecto para esta iniciativa y es muy importante que los que tocan o estudian estén en contacto con los que fabrican los instrumentos.”

 

Lo que destaca Sandra Mihanovich es que “ocuparse de la cultura es pensar en el futuro”, y amplía la idea: “Hay necesidades prioritarias pero la cultura construye, cura y va más allá.” También opina sobre el sur de la ciudad: “Todos los laburos que hacen en esta zona son espectaculares porque Buenos Aires es enorme y hay mucho que explotar.”

 

Cecilia Milone se suma a esa idea: “Me parece bárbaro que se establezca un sitio en una zona tan popular que no está en el corazón comercial de la ciudad.”

 

Todos los músicos presentes destacaron que en la zona sur de la ciudad “hay muchos luthiers” y gente que conoce detalles sobre el modo de arreglar y mantener el bandoneón.

 

Por Florencia Halfon Laksman

 

 

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