Luego de pruebas con varios prototipos, Toyota decidió invertir más de 350 mil dólares para convertir el auto volador en realidad, esperando que en 2020 haga su presentación oficial en las Olimpíadas de Tokyo para encender la llama Olímpica desde el aire, partiendo desde el suelo de la capital japonesa.

Las ideas detrás del denominado Skydrive comenzaron en 2012, cuando Tsubasa Nakamura y un grupo de sus amigos ganaron una competición con su diseño inicial para un vehículo volador, bajo el nombre de equipo Cartivator.

El equipo de 30 comenzó a desarrollar Skydrive en 2014 y desde entonces el proyecto ha ido de fuerza a fuerza, ganando fondos y saliendo airoso en las prueba de concepto a escala.

Pero cuando Toyota se asoció, se desarrollaró un prototipo a gran escala para un eventual vuelo de prueba tripulado. La corporación automotriz con sede en Aichi, quiere convertir Skydrive en realidad. Cartivator espera que una versión comercializable estará  disponible en 2020, por lo que Skydrive puede encender la llama en los Juegos Olímpicos que se celebra en Tokio ese año.

Toyota decidió subirse a bordo del proyecto y el presidente Takeshi Uchiyamada dijo que  “las cosas no progresarán si esperas y proporcionas dinero sólo cuando la tecnología esté lista”, según el Nikkei Asia Review.

Skydrive tendrá casi 3 metros de largo, 1,3 m de ancho y 1,1 de alto. Así los fabricantes dicen que harán el coche volador más pequeño del mundo.

Con una velocidad de vuelo de 100 kilómetros por hora y 150 km/h en tierra.

Skydrive usa la tecnología de drones, con las cuatro palas de rotor y variando la velocidad de uno de ellos, se puede controlar la dirección de desplazamiento

Se mantendrá a una altura de menos 10 metros por encima del suelo y utilizará tecnología de despegue y aterrizaje vertical, que no requiere carreteras o pistas de aterrizaje.

Diversas firmas de los Estados Unidos, Alemania, Holanda, Japón y China habían anunciado que ya tenían listo el auto volador, pero hasta ahora ninguna pudo cambiar lo que hasta hoy es ciencia ficción por realidad. En la primera prueba del Skydrive en  prototipo básico (los rotores y la base con el motor) este año, no ha podido alcanzar los dos metros de elevación sobre el terreno  y se ha estrellado en las maniobras de despegue.