Con un amplio uso de fuegos artificiales lumínicos, la noche del 31 de diciembre concluyó una temporada inigualable para el sector: crecieron las ventas por tercer año consecutivo, esta vez un 5%, los cielos argentinos se iluminaron con productos amigables, brindando alegría con empatía a toda la sociedad y hubo un descenso total de incidentes.

“Las familias argentinas disfrutaron con alegría de los fuegos artificiales en paz, como ocurre en las grandes ciudades del mundo y logramos que los productos de bajo impacto y lumínicos sean los más elegidos con la campaña nacional “La nueva tradición, Fuegos Artificiales Amigables”, expresó el presidente de la Cámara Argentina de Empresas de Fuegos Artificiales (CAEFA), Mario Ruschin.

El clima del mundial adelantó y potenció la temporada junto con la reconversión de las empresas que permitió una amplia y variada oferta de productos lumínicos, muy bien recibidos por toda la sociedad. La gran baja en los incidentes se debe a las mejoras tecnológicas en los productos, los estrictos controles exigidos por la ANMAC, la responsabilidad social empresaria, la mayor claridad en las instrucciones de uso y la conciencia de la población de utilizarlos con responsabilidad.

Para ser amigables los fuegos artificiales requieren cuatro condiciones: tener bajo impacto sonoro; estar autorizados por la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC); utilizarse siguiendo las instrucciones de uso y ser manipulados y encendidos por mayores de 16 años. Son mayoritariamente lumínicos y también los hay solo sonoros. Para que un fuego artificial sea amigable se requiere quienes los fabrican y venden y también de quienes los usan.

Más información de la Cámara y la actividad:

La Cámara Argentina de Empresas de Fuegos Artificiales representa a todas las empresas de un sector conformado por PyMEs nacionales familiares, muchas con 100 años de vida y gestionadas por la cuarta generación familiar.

Los fuegos artificiales legales utilizados correctamente son completamente seguros en la Argentina. Se ensayan en laboratorios oficiales y universitarios, se testean 48 horas en hornos a 75 grados. Las mechas deben activarse en no menos de 3 segundos ni más de 6 y sus composiciones químicas son altamente estables, lo que garantiza la seguridad y que la industria nacional tenga los más altos estándares internacionales de calidad.