Los viernes a las 20 en el Teatro La Carpintería, de Jean Jaures 858 (Abasto) se presenta Vitalicios, una obra contemporánea, que transcurre en una oficina pública encargada de asignar presupuestos a diversos trabajadores de la cultura. El clima estatal de esta comedia dramática está muy bien logrado, donde sobresalen las actuaciones de los tres personajes interpretados por María Rosa Frega, Cecilia Cósero y Pablo Flores Maini
En su escritorio, expedientes abruman a la jefa de la oficina, que con arbitrariedad y autoritarismo, pronuncia ante sus subordiandos, una sola palabra que significa el descarte o la aprobación del trámite. Así diversas expresiones, que vienen realizando durante años artistas de diversas disciplinas, corren su suerte ante un presupuesto exiguo. Los empleados, intermediarios entre la burocracia y los mandatos de las autoridades que les exigen administrar pocos recursos, también son parte de un engranaje desgastado, de un país que supo ser un faro de la cultura. La dramaturgia, escrita por el prolífico español José Sanchis Sinisterra, es perfectamente adaptable a la realidad argentina contemporánea, donde por décadas se priorizó el ajuste económico por sobre las personas.
Mónica Benavidez, directora de la obra explicó: “Al leer por primera vez el texto de Sanchis Sinisterra, lo primero que pensé fue que era de una actualidad espeluznante. Creo que Vitalicios habla de la realidad que atraviesa siempre y desde hace mucho tiempo a los trabajadores de la cultura y a la importancia de las partidas en los presupuestos que se destinan a la actividad, salvo algunos años, donde vimos la clara intención de revertirlo y hubo algunos logros significativos. Pienso entonces, al comenzar a trabajar sobre la puesta, en la “cultura del descarte”; algunas de las definiciones o conceptos que encontramos por ahí expresan: “La cultura del descarte aparece cuando se considera al ser humano como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar o, dicho de otra manera, que se puede excluir.” “Con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo o en la periferia, sino que se está fuera. Los excluidos no son «explotados» sino desechos, «sobrantes».”
En este sentido, los sobrantes no solo son los proyectos de los artistas, sino también la propia oficina pública, que con el transcurso de los años descendió hasta el quinto subsuelo de la dependencia estatal, muy bien ambientada. En un lugar sórdido, los tres empleados rememoran épocas pasadas de grandes presupuestos, pequeños placeres cotidianos y tentaciones non sanctas; pero que el presente también los terminará aniquilando.
Ficha
Autor: José Sanchis Sinisterra
Actúan: Cecilia Cósero, Pablo Flores Maini y María Rosa Frega
Dirección: Mónica Benavidez
Escenografía: Eduardo Spindola.
Vestuario: Jorgelina Herrero Pons.
Luces: Horacio “Chino” Novelle.
Musicalización: Sergio Klanfer.
Diseño gráfico: Leandro M. Correa.
Fotografía: Ana María Ferrari.
Asistencia fotográfica: Walter César Remus.
Prensa: Paula Simkin.
Asistencia de producción: Rocío Cárcano.
Asistencia de dirección: Claudia Díaz
La Carpintería Teatro Jean Jaurés 858 – C.A.B.A.
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