El escritor Mario Vargas Llosa, premio Nobel de literatura en 2010, brindó una conferencia en la Feria del Libro donde destacó la importancia de la lengua española en el mundo y sus posibles implicancias para el poder. El escritor peruano fue presentado por Alejandro Vaccaro, presidente de la SADE, en la Sala José Hernández, la de mayor capacidad en el predio ferial La Rural.
A continuación, Ariel Granica, presidente de la Fundación El Libro, repasó la obra del escritor, que como hito inciatatico tuvo la publicación de Los jefes, en 1959. Vargas Llosa recordó que sus primeros escritos tenían la intención que “pudieran aparecer en periódicos”. Luego Granica anunció el convenio entre la Cátedra Vargas Llosa y la institución que preside. El escritor explicó que el acuerdo “tiene un nombre demasiado académico” y que en realidad busca “facilitar la vida de los escritores que tienen vocación por la literatura” y “la estimulen”.
La conferencia fue planteada como un diálogo entre el literato español Javier Cercas y su prestigioso par de América Latina. Las primeras palabras con las que Vargas Llosa se dirigió al auditorio fueron de satisfacción: “me alegro mucho que se haya reanudado esta fiesta, que vemos hoy día”, ya que las dos anteriores ediciones de la Feria del Libro debieron ser postergadas por la pandemia.
Recordó que en el continente, antes de la conquista se hablaban más de mil quinietos idiomas y que hoy “tenemos un lenguaje común en América Latina, el español”. Y que eso posibilita que tanto Miguel de Cervantes, como Jorge Luis Borges, Juan Rulffo o Juan Carlos Onetti “forman parte de una unidad”. Y que la lengua española logra “la unidad de una extraordinaria diversidad”
Cercas rememoró el “boom” de la literatura latinoamericana desde la mitad del siglo XX, que posibilitó un resurgimiento del arte de nuestras letras. Sostuvo que Cervantes creó la novela moderna, pero luego no hubo figuras de la talla en la literatura universal hasta el pasado reciente.
Vargas Llosa rememoró que “la manera que descubrí que era parte de América Latina” fue al llegar a Paris “a los 17 o 18 años”. En la Francia de la década de 1960 había mucho interés por el subcontinete y la revolución cubana. Entones el nacido en Arequipa, al residir en Europa empezó a leer a escritores argentinos, mexicanos, colombianos, chilenos y de otras nacionalidades del sur. Descubrió desde entonces que “compartía con esos países una problemática social y política común”
Cercas le planteó al Nobel su opinión sobre la posibilidad de que se creara un Instituto Cervantes que exceda los límites del Reino de España, para poder vigorizar la lengua española abarcando también a los países de América Latina. Vargas Llosa se mostró austero y suspicaz de un acercamiento de los estados para promover la literatura, por los riesgos de coartar la libertad creadora. Recordó que en el apogeo de la literatura latinoamericana a la vez “que teníamos gobiernos autoritarios, teníamos libertad en la literatura”
Sobre su estilo fidedigno con los sucesos y la historia, Vargas Llosa afirmó que “la literatura realista muchas veces desentona, no está explícitamente sometida a la realidad”. La del viernes a la noche, fue la primera de las conferencias que brindará el escritor en la ciudad de Buenos Aires, ya que el domingo 8 a las 18.30 dialogará en la misma Feria del Libro sobre La mirada quieta, su última novela, con su colega argentino Jorge Fernández Díaz.