Por Emiliano Delio
Cocinando con Elisa vuelve a presentarse en Ítaca Complejo Teatral del barrio de Almagro; luego del éxito durante tres temporadas en los teatros Beckett, CELCIT y Andamio 90 y de haber realizado giras por las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos.
Las actrices interpretan a dos personas encargadas de la cocina de la casa de los señores del campo. Sin embargo, a pesar de ser personal de servicio; entre ambas hay una jerarquía muy marcada. La experta, de unos 60 años y la joven aprendiz.
El clima culinario arranca desde el primer momento, donde la escenografía está compuesta por variados utensilio y cacharros para preparados y los atuendos de ambas, propios de cocineras. La joven se ha incorporado para aprender con la experimentada, que se ausentará pronto por unas vacaciones y deberá reemplazarla.
Nicole le da instrucciones a la joven, de manera precisa y autoritaria. Cada error de Elisa es resaltado por la cocinera que reivindica su supuesto origen francés, fuente de sus sapiencias. El arte culinario, en este lugar se combina, con el servilismo hacia los patrones.
La tensión entre ambas, se manifiesta desde un simple gesto, hasta la carga argumentativa del texto. La distancia entre la que tiene el oficio y el conocimiento, es utilizado para poner una violencia que se transforma muchas veces en autoritarismo hacia la joven, que intenta aprender.
La experta cocinera hace ya décadas que trabaja en el casco de una gran estancia. Allí conoce hasta el más mínimo detalle de sus patrones y peones. Sus sentimientos son una mezcla de admiración, desprecio, subordinación y resentimiento hacia ellos.
La joven tiene alguna aventura amorosa con un empleado, que es recriminado por Nicole. Su crueldad ante la ingenua y aventurera, se manifiesta a través de la poderosa voz de la actriz. Y a su vez, cada preparado, alberga una metáfora de distintas barbaries que han sucedido en la casa de los terratenientes.
La obra dramática fue escrita por Lucía Laragione y en 1994 y obtuvo el Premio María Teresa León otorgado por la Asociación de Directores de Escena de España en 1994. La obra fue estrenada en Buenos Aires y Madrid y ante el buen recibimiento del público ha sido traducida y llevada a escena en Francia y Portugal.
Esta versión obtuvo en 2023, el Premio a la Mejor Actriz en el Festival de Teatro de Larroque, Entre Ríos para Gabriela Villalonga. Además por el vestuario y la escenografía Alejandro Mateo fue galardonado por su trabajo en los Premios Teatro del Mundo, de la UBA. Con más de dos años en cartel y la aceptación de los espectadores argentinos, la pieza también participó de los ciclos Más Teatro, de la Fundación SAGAI y del Teatro Argentino Celebra su Público.
Ficha
Dirección: Mariana Giovine
Actúan: Gabriela Villalonga, Luciana Procaccini
Asistencia de dirección: Luis Cardozo, Juani Pascua
Diseño de vestuario y escenografía: Alejandro Mateo (ADEA)
Diseño de iluminación: Fernando Chacoma
Música original: Martín Pavlovsky
Fotografía: Gabriel Insaurralde
Producción: Claudia Quinteros.
Prensa: Daniel Franco
Funciones: sábados a las 20.30h
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