La ciudad de Buenos Aires sigue adelante con su plan de protección de los espacios verdes con la incorporación de 61 guardaparques porteños.  Desde 2018 el número de estos agentes se duplicó. Lejos de perderse, este oficio se consolida en el mapa porteño, a través de la incorporación y capacitación del personal, que fue integrado al sistema de seguridad con la sanción de la Ley 5688.

Los agentes son anfitriones y protagonistas de las historias de las plazas. Atentos al respeto de las normas de convivencia y en comunicación permanente con el Sistema Integral de Seguridad, estos servidores públicos trabajan para que los espacios verdes sean ámbitos seguros, amigables y accesibles para los ciudadanos.

 

La Subsecretaría de Gestión Comunal coordina con las comunas el funcionamiento de este servicio a la comunidad. “Mensualmente se asiste a los guardaparques en sus espacios, se valoran las aptitudes de servicio, se realizan relevamientos oculares, se coordinan y acompañan diferentes eventos que se realizan en el espacio, y se promueven capacitaciones”, agregó Máximo Da Rocha, supervisor general del conjunto de las tareas.

Los agentes trabajan en horarios rotativos a lo largo de la semana, de mañana y de tarde. Valeria Derrico, de 51 años, lleva cuatro como guardaparques. Se mueve por cinco espacios verdes del barrio de San Cristóbal, en la Comuna 3: las plazoletas Brontes, Elizalde y Canaro, el canil de Rincón y Cochabamba y el interbloque de edificios ubicado en Pavón y Sarandí. Por su experiencia, afirma: “Si bien nos movemos por los mismos lugares, cada día es diferente. La gente se acerca mucho a hablar y a contarnos sus inquietudes, y los chicos que frecuentan la plaza son muy cariñosos”.

Muchos de los cuidadores pasan a desempeñar, asimismo, una labor social en el intercambio diario con los vecinos. “En muchos casos, conocen los nombres de quienes frecuentan las plazas y hasta se los hace partícipes cuando algunos fallecen. En muchos casos son reconocidos por los familiares e invitados a despedir al difunto. Eso es algo que viven muy seguido”, cuenta el supervisor. Y destaca: “Esto es muy particular, puesto que no muchas veces se logra este tipo de vínculo entre un servidor público y el vecino”.

A sus 30 años, Germán Baragiola lleva cinco como guardaparques y se encarga de inspeccionar los espacios verdes de la Comuna 7 distribuidos entre Flores y Parque Chacabuco. “Me gusta esta posibilidad de poder estar al aire libre, conocer diferentes plazas que quizás nunca habría visitado y el contacto con las personas, y resolver sus inquietudes. Muchas anécdotas me han sucedido en estos años, algunas con situaciones de riesgo pero en las que pude asistir a las personas. Y eso es algo que te llena muchísimo”, expresa el joven agente.

“Los guardaparques tienen la responsabilidad de dar aviso inmediato cada vez que se produce una situación de riesgo, por ejemplo si existiera una rama con peligro de caída o un cable fuera de lugar. También aportan ideas y reciben las inquietudes de los vecinos para mejorar la limpieza o sumar hamacas donde juegan los chicos o dar aviso a alguien si lleva su perro suelto, para lograr que se respetan las normas en armonía y concientizar a la gente”, destaca Flor Valia, directora general de Espacios Verdes de la Ciudad.

La Ciudad desarrolla un plan que tiene como objetivo cubrir la mayor cantidad de plazas con este servicio que cuida tanto a los espacios como así también a los vecinos, puesto que los guardaparques representan una de las principales figuras a las que recurren los porteños en un espacio verde. Son un nexo directo indispensable entre las necesidades del vecino y las autoridades comunales.

Los guardaparques disponen de telefonía móvil que les permite estar conectados en tiempo real a través de los sistemas de geolocalización (GPS) y geogestión (AGPS). Con esta herramienta, envían alarmas que registran de manera inmediata su ubicación y reclamo, y permite que el personal autorizado les brinde una respuesta, o eleve el pedido al 911 en los casos que sea necesario. Bajo este esquema se articula la labor de los guardaparques con la del resto de las fuerzas de seguridad.