La historia de un soldado, la obra de Igor Stravinsky compuesta para siete instrumentistas y un percusionista, junto a un par de actores y un par de bailarines, se presentó este sábado en la Fundación Beethoven de la avenida Santa Fe 1452.
Inspirada en un cuento popular ruso, narra el regreso de un soldado a casa en plena guerra, que en el camino se encuentra con un extraño personaje ataviado de rojo que a través de triquiñuelas diabólicas, logra cambiarle su apreciado violín por un libro que contiene secretos que lo convertirán en rico.
El narrador, con su clara interpretación, es el encargado de hacer avanzar las escenas, donde tanto el diablo como la princesa danzan, pero tienen su voz. La particularidad de la obra, escrita en 1917 por Charles Ferdinand Ramuz basado en un cuento de Alexander Afanasiev, es que aquí no hay un pacto con el diablo, como es el caso del clásico Fausto, sino que el soldado es engañado y cae en la trampa, que luego puede redimirla, jugando su fortuna en una partida de naipes; para volver a su antigua esencia y así poder recuperar los sencillos placeres de la vida.
Con un vestuario cuidado y una transición ordenada entre escenas, los acontecimientos del militar son dramatizado con los instrumentos graves y agudos de las maderas, metales y cuerdas (clarinete y fagot, corno y trombón, violín y contrabajo) y un tambor.
La música y dramaturgia invitan a la reflexión desde el folclore ruso, ya universal: en la vida no se puede tener todo al mismo tiempo, hay que elegir y no siempre se acierta. La ambición y la codicia, no siempre conducen a lo mejor. Pero muchas veces aparece el camino de la redención.
La obra de cámara, combina en una hora y media aproximadamente, música danza y teatro; que en esta ocasión fue muy bien lograda, con toques de humor, música en vivo y actuaciones justas. Las próximas funciones serán en este mes de mayo a las 8 de la noche, el Sábado 13 el miércoles 17.