Un sistema de monitoreo de calidad de los cuerpos de agua mediterráneos mediante tecnología satelital por el Instituto Nacional del Agua (INA), junto a un grupo de instituciones. En el marco del Programa de Desarrollo de Tecnologías Satelitales (PROSAT II) se llevó adelante una serie de campañas de monitoreo con un radiómetro de campo y el apoyo de personal de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) durante el mes de octubre. Se tomaron muestras en los principales embalses de la provincia de Córdoba. Se midió en Los Molinos, el Embalse San Roque y en el Embalse Ministro Pistarini (Rio III).
Las jornadas de medición fueron coincidentes con el paso del satélite Sentinel 2 para establecer una relación entre la imagen óptica y la calidad del cuerpo de agua. Con la medición del radiómetro se pueden ajustar y calibrar los algoritmos teniendo en cuenta la interferencia dada por la radiación solar sobre el espejo de agua de cada embalse.
La actividad, que se enmarca en el proyecto INA-CONAE-BID, denominado “Desarrollo de Sistema Geoespacial para el monitoreo de la calidad de cuerpos de agua interiores destinados a potabilización”, tiene como objetivo obtener algoritmos calibrados para cuantificar floraciones de algas en cuerpos de agua mediante el uso de imágenes satelitales ópticos y evaluar el potencial uso de imágenes radar de apertura sintética de SAOCOM.
En este sentido, no sólo la cantidad de agua es importante sino la calidad es primordial, ya que los algoritmos que se van a desarrollar, mediante programadores y especialistas en el procesamiento de imágenes satelitales, requieren de mediciones de los parámetros de calidad in situ y posterior de laboratorio, en el momento de paso del satélite para poder relacionar estadísticamente los datos obtenidos.
Para caracterizar los embalses por imagen óptica satelital se tendrá en cuenta la radiación emitida y/o reflejada por la superficie del agua, la cual será una función de sus características físicas y químicas y de la radiación solar incidente.
También se utilizará esta información para clasificar los diferentes cuerpos de agua según su comportamiento óptico, detectar pigmentos específicos de diferentes especies algales y elegir los algoritmos de correcciones atmosféricas que mejor se adecúen a cada caso de estudio.
Esta actividad es sumamente relevante para nuestro país ya que permitirá evaluar la factibilidad de utilizar el sensor de la misión argentina SABIA-Mar para el monitoreo de la calidad de aguas en aquellas lagunas o embalses de difícil acceso y a su vez abarcar toda su superficie.
Por último, a partir de los modelos que se logren desarrollar y validar, se pretende generar mapas periódicos de los indicadores de calidad ambiental mencionados para ser utilizados por los organismos de gestión del recurso hídrico y consultados por todo aquel que lo desee.
El proyecto que inició en marzo del 2022 y está próximo a terminar es liderado por el equipo de Limnología Aplicada y Calidad de Aguas del Centro de la Región Semiárida del Instituto Nacional del Agua (INA – CIRSA) y cuenta con la importante participación de organismos académicos entre ellos la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba, de la Universidad Nacional del Comahue, el Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Universidad de San Martín, la Universidad Nacional de Río Cuarto. A los que se suman la Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro, la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande. Asimismo colabora personal de los centros de CONICET, entre ellos el Instituto de Ciencias de la Tierra Biodiversidad y Ambiente, el Centro Científico Tecnológico e Instituto Gulich, el Grupo de Ecología de Sistemas Acuáticos a Escala de Paisaje y el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente. Finalmente la lista se completa con el Departamento General de Irrigación de la provincia de Mendoza y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación.