La ciudad de Buenos Aires sumará un nuevo estadio cerrado con capacidad para 18.000 personas -casi el doble del Luna Park-, de prosperar un proyecto para construirlo en la manzana comprendida por las avenidas Belgrano y Jujuy y las calles Moreno y Catamarca, en el barrio de Balvanera.
La posibilidad del inicio de las obras antes de fin de año tiene movilizados a los vecinos que temen perder, según dicen, la tranquilidad residencial de la zona. El proyecto, sin embargo, cuenta con el visto bueno de la Ciudad, que ve con buenos ojos la construcción de un estadio de ese tipo que complemente al Luna Park.
Por ahora, el predio es sólo un descampado rodeado por tapiales y restos frontales de los inmuebles que fueron demolidos tras cuatro años de silencioso trabajo. De las añejas estructuras sólo quedan fantasmales fachadas.
La compañía Ake Music, responsable de la idea, hizo una primera consulta ante funcionarios de los ministerios de Desarrollo Urbano y Económico de la Ciudad, que le confirmaron que en esa manzana se puede construir una “arena” -estadio cerrado con capacidad para más de 10 mil personas-, indicaron fuentes del gobierno porteño.
“A prima facie, la zonificación del lugar, con características comerciales, permite la edificación de ese tipo de obra. Resta conocer el detalle para analizarlo y verificar que cumpla con la normativa y no perjudique a los vecinos”, aclaró Carlos Pirovano, subsecretario de Inversiones del Ministerio de Economía local.
Según los primeros datos conocidos, el estadio, de forma oval y con tres bandejas de tribunas, tendrá capacidad para 18 mil personas y contará con tres subsuelos de cocheras. Para agilizar el arribo de los espectadores, la iniciativa proyecta contar con un acceso directo al subte H -como en el shopping Abasto-. También se prevé la construcción de algunos locales comerciales en parte del predio y de un hotel cinco estrellas.
En una entrevista con la revista Rolling Stone, Aquiles Sojo, dueño de la productora musical, dijo que espera comenzar con la edificación a fin de este año. El productor explicó que el dinero para la obra “proviene de un fondo de inversores y de una empresa que va a tener el naming de la arena”. Al parecer, la compañía solicitaría un préstamo al Banco Ciudad por 130 millones de pesos.
Los vecinos de Balvanera dicen, mientras tanto, que el gobierno porteño no respeta el código de planeamiento urbano y temen que, de llevarse a cabo el proyecto, el barrio termine invadido por manteros y vendedores ambulantes.
Marta Marucco, que vive en Balvanera hace más de 41 años y a escasos metros de la manzana, está preocupada por las posibles vibraciones que la música pueda provocar en los viejos edificios.
Los vecinos más movilizados – se reúnen todas las semanas- no se oponen a la realización de recitales, pero consideran “que un barrio no es el lugar más indicado para ubicar un microestadio”.
Hay más temores que rodean a esos vecinos. Uno de los principales es que la zona, que es residencial, se vea invadida por los manteros que, ante la concurrencia de espectadores para presenciar un recital, extiendan su trabajo desde la estación de ferrocarril de Once hasta el lugar. Otros, en cambio, temen por la posible aparición de “trapitos”.
En la Legislatura, el diputado Pablo Bergel, del bloque Verde Alameda, presentó un pedido de informes ante la comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura para solicitar datos sobre el impacto ambiental de la obra.
El jefe de gobierno, Mauricio Macri, en tanto, no ve con malos ojos el proyecto. “La ciudad necesita un espacio de esas dimensiones y más moderno que el Luna Park”, dijo en declaraciones a Vorterix.
Por Valeria Musse/ LA NACION