Alejandro Roemmers presentó su novela El misterio del último Stradivarius, en la Sala José Hernandez de la Feria de Libro (La Rural) ante 300 personas, entre amigos, familiares, empresarios, figuras de la cultura y el espectáculo, que incluyó la presencia de la eterna Mirhta Legrand, que fue aplaudida por el auditorio y el escritor, al finalizar la conferencia, le entrego un ramo de flores.

El acto comenzó con la lectura de la biografía por parte de Tete Coustarot de cada uno de los expositores que analizó la nueva publicación, integrado por: la escritora e investigadora de la UBA, María Rosa Lojo; los peruanos Álvaro Vargas Llosa, hijo del Premio Nobel de Literatura que falleció el 13 de abril, junto al periodista y literario Raúl Tola, director de la Cátedra Mario Vargas Llosa, y los escritores españoles Javier Moro, distinguido por el premio Planeta y Primavera, junto a Javier Cercas, que también es académico en la RAE

Los expositores adelantaron parte del contenido de la recientemente publicada novela histórica y policial. Por un lado, El misterio del último Stradivarius narra el recorrido del perfecto instrumento y sus ejecutantes a lo largo de casi tres siglos. Y por otro lado, el actual asesinato de un padre con su hija en una ciudad de Paraguay, que se vincula al último dueño.

Cercas destacó la figura del investigador, un policía tenaz, que trata el principio del texto. Y también la rigurosidad histórica con la que se abordó la otra parte, donde se narran las guerras napoleónicas, pasando también por la segunda guerra mundial y los campos de exterminio nazis. El escritor también debatió sobre los valores humanos y si es posible que el arte haga mejor a las personas. Sobre Hitler, afirmó que en ese caso, el problema es que al ser un admirador del compositor Richard Wagner, ese rasgo lo humaniza. Pero ese carácter, lo hace más problemático, ya que es también una persona, pero aberrante.

Moro rememoró que el libro “es un viaje único a través del tiempo y del misterio. Es una novela cautivadora, que atrapa absolutamente al lector que quiere saber constantemente a los personajes. Nos muestra una mística del violín, también es lector de magia porque protege a los que le cuidan. Entonces, aparece el violín como metáfora de la belleza efímera, de la belleza del arte o de la memoria colectiva”

Lojo describió las pistas e indicios que se les van dando al lector a medida que avanza la lectura. Puso en relación los conceptos de misterio con enigma. Roemmers, con alegría y respeto, fue el último en tomar la voz pública luego de más de una hora de exposiciones: “Lo único que me queda por decir es gracias a todos ustedes que vinieron hoy, a los que me acompañan acá en la mesa y tuvieron a bondad de leer mi libro antes de ser libro y que lo hayan analizado con tanto cariño”. El escritor, luego de la conferencia, firmó ejemplares para los presentes