En Argentina una de cada tres personas desarrolla actividades económicas en forma independiente según la Encuesta Nacional a trabajadores sobre Condiciones de Empleo, Trabajo, Salud y Seguridad (ECETSS) 2018. El Observatorio, elaboró un estudio sobre las condiciones de empleo, trabajo y salud de las y los trabajadores independientes. Este grupo presenta importantes diferencias respecto a quienes desarrollan actividades laborales en forma asalariada.
El documento profundiza las características sociodemográficas y de inserción, seguridad social y acceso a prestaciones, tiempos de trabajo, ingresos, condiciones de trabajo, prevención y capacitación, salud, entre otros. La propensión a realizar actividades en forma independiente aumenta en los hogares que perciben menores ingresos familiares, dando indicios de la existencia de un trabajo por cuenta propia de subsistencia.
El 10,5% de las personas independientes se encuentra en una situación de pluriempleo, algo menor que la observada en el trabajo asalariado (15,3%). Entre las principales razones para la realización de trabajo independiente se destaca la imposibilidad de encontrar trabajo en forma asalariada -lo que muestra que no se trata simplemente de una elección sino de condiciones estructurales del mercado de trabajo, o haber sido despedido de un trabajo en relación de dependencia-.
En segundo y tercer lugar se encuentran las posibilidades de obtener mayores ingresos y el hecho de haber encontrado una oportunidad en el mercado que derivaron en desarrollar esta modalidad de trabajo. Factores como el sexo, la edad y el nivel educativo presentan diferencias respecto a la inserción bajo esta modalidad de trabajo. En el caso de las mujeres, por ejemplo, emerge el factor de conciliación de la vida laboral y familiar. Una de las características del colectivo de trabajadores independientes es la informalidad.
El 64,8% no se encuentra inscripto en ningún régimen previsto para la actividad. La informalidad es mayor entre los cuentapropistas en comparación con los empleadores. El fenómeno de la informalidad es superior en mujeres, jóvenes, personas con menor nivel educativo y menor calificación requerida para las tareas desarrolladas. A modo de ejemplo, el 81,5% de los independientes que no finalizaron los estudios primarios se encuentra en la informalidad. Este porcentaje va descendiendo a medida que aumenta el nivel educativo hasta llegar al 36% en quienes finalizaron los estudios superiores. La Construcción es la rama de actividad donde la tasa de informalidad alcanza el valor más elevado (87,2%). En el resto de actividades, incluido el Comercio y los servicios, la informalidad es también importante.
Un dato a destacar es la tasa de informalidad (77%) en la Industria manufacturera, en comparación con los asalariados de la misma rama de actividad, cuya tasa de no registro es una de las más bajas (21,8%). La informalidad redunda en déficit en el acceso a obra social y seguro de accidentes. Mientras que el 82,6% de los cuentapropistas formales tienen una obra social o prepaga, solo el 20,4% de los informales declara tenerla. En el caso del seguro frente a accidentes de trabajo la cobertura es aún menor, solo el 20,4% de los trabajadores independientes formales cuenta con cobertura y el 4,1% de los informales.