Por Emiliano Delio
Los domingos a las 19:30 en el Camarín de las Musas (Mario Bravo 960, barrio de Almagro, casi Palermo), vuelve luego de su gran temporada 2024, Las Cosas que sé que son Verdad. Un retrato actual y costumbrista de una familia del siglo XX, que se enfrenta a las vicistudes de la vida del siglo XXI.
Una pareja, en el límite de la mediana edad, encarnada por Pablo Gelós (recientemente jubilado de su empleo de alta calificación en una fábrica) y Teresita Rellihan (enfermera experimentada), tienen cuatro hijos, de los cuales solo la más joven (Catalina Luchetta), convive con ellos.
Ella, adolescente tardía, ha regresado de Europa de un viaje iniciático, en el que buscó madurar, ya que no ha encontrado su verdadera vocación y rumbo. Pero a su vuelta, continúa más preocupada por su entramado familiar, que por un amor frustrado que quedó en el viejo continente.
Su hermana mayor (Paola Muratorio) ya está casada y con hijos. Pero una vida en la que prioriza la familia por sobre todo, no la satisface y buscará redimirse a través de su profesión y una emancipación plena.
Para su otro hermano (David Páez), sus grandes éxitos en su esfera laboral, se realcionan con una posición en una empresa que le permiten ganar mucho dinero, aunque su trabajo le absorbe mucho tiempo y sus visitas a la casa de familia son breves.
El otro hombre de la familia lo interpreta Agustín Tellechea. Es el más cariñoso con la hermana menor. Si bien es un gran observador de su entorno, está en búsqueda de su verdadera identidad. Pero sabe que, entrará en conflicto, con la de una familia del conurbano
José Luís Álvarez, director, explica como se planteó el relato: “La invitación en esta obra, es a entrar a la casa de esta familia. Una escenografía simple, directa y concreta. La cocina-comedor como el corazón de la casa, por donde todo pasa. Y un jardín que es el bastión, refugio y trinchera de este padre que añora un pasado, y sueña con un futuro que replique ese pasado que ya no será; una figura que parece secundaria, pero que se vuelve protagonista de esta historia: porque es una historia de los sueños frustrados”
La obra es un retrato vivo de distintos personajes perfectamente identificalbes, donde deseos y frustraciones se conjugan en un país inestable, con apremios económicos y destinos que siempre se reescriben: “Esta puesta, con una cercanía casi invasiva del público por sobre el espacio escénico busca justamente eso: que seamos testigos directos, vecinos indiscretos que nos enteramos todos los pormenores de esta familia, espiando por sus ventanas las miserias del otro”, relata el director.
Los dos ambientes con recursos escenográficos bien logrados, el comedor y el jardín, son centrales en toda casa del gran Buenos Aires. Y es allí donde los personajes se abrazan o intentan despojarse de las verdades y convenciones. Durante más de una hora, cada cual, tendrá su momento de diálogo con el otro, que pemitirá al público compender cabalmente como piensa y actua.
“Una muestra de la familia suburbana, la tan castigada históricamente en nuestro país; con miembros a gusto, y otros no tanto; una alegoría al deber ser, a la no aceptación de la verdad de los otros, al derrumbe de las verdades reveladas y al efecto expulsivo que las sobredosis de “amor” generan. Las cosas que se que son verdad nos invita exactamente a lo que su título expresa. Cuáles son nuestras certezas absolutas. Y qué hacemos con ellas”, reflexiona Alvarez
Ficha
Autoría: Andrew Bovell
Actúan: Pablo Gelós, Catalina Luchetta, Paola Muratorio, David Paez, Teresita Rellihan,
Agustín Tellechea
Vestuario: Jose Escobar
Escenografía: Jose Escobar
Iluminación: Maxi Rubio
Redes Sociales: Candela Pietragallo
Fotografía: Firoella Romay
Diseño gráfico: Daniel Pereyra
Asistencia en funciones: Lorena Viterbo
Asistencia de dirección: María Victoria Giacoia
Dirección: José Luis Alvarez
Agradecimientos: Javier Daulte, Guillermo Marcó, Pablo Luchetta
Funciones: Domingos 19.30
Teatro: El Camarín de Las Musas (Mario Bravo 960)
Entradas: Jubilados $10.000 / General $14.000