Así lo indicó una nueva investigación del Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (Ielde) de la Universidad Nacional de Salta (UNSa), que determinó que, mientras la ciudad autónoma de Buenos Aires es el distrito más rico de la Argentina, en el otro extremo se encuentra la provincia de asalta.

 

Salta es la provincia más pobre de la Argentina al tener al 28,6 por ciento de su población con necesidades elementales insatisfechas, y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se encuentra en el otro extremo del ránking, como la más rica.

 

El instituto -que depende de la Facultad de Ciencias Económicas, Jurídicas y Sociales de la UNSa- arribó a esa conclusión luego de incorporar una nueva metodología de medición basada en el concepto de Pobreza Multidimensional (PMD).

 

El flagelo se mide a partir el estudio minucioso de cuatro variables: vivienda, salud, ambiente y manutención; se trata de otra mirada para analizar el universo poblacional que sufre la escasez de recursos y con ello de oportunidades.

 

El índice de PMD en Salta alcanzó al 28,6 por ciento de la población de la provincia y le siguen otras jurisdicciones pobres como Chaco, con el 24 por ciento; Formosa, con el 22; Tucumán, con el 21; y Santiago del Estero, con el 20.

 

En el otro extremo se encuentra la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, seguida por Tierra del Fuego, Santa Cruz, La Pampa, Chubut, Neuquén y San Luis: en ninguna de éstas jurisdicciones el PMD llega al 5 por ciento.

 

El estudio realizado para el período 2010-2012 aclara la permanencia en el tiempo del comportamiento de las variables, dado que tienen rasgo estructural, publicó el diario salteño El Tribuno.

 

Asegura el informe además que el 34 por ciento de los hogares salteños cuentan con problemas de revestimiento interior de los techos y uno de cada cuatro no tiene cocina y baños para uso exclusivo y en buenas condiciones, y el 5 por ciento no tiene piso de material.

 

Los datos para Salta se vuelven más desfavorables si se considera que este informe refleja que el 16 por ciento de los hogares no tiene agua potable y que el 21 por ciento padece el hacinamiento.

 

“Hay que entender que hablar de Pobreza Multidimensional es tener otra mirada sobre ese flagelo que no se basa solo en los ingresos que perciben los hogares. Sino que hay otras variables estructurales que son las que perpetúan la problemática”, explicó el economista y titular del Ielde, Jorge Paz.

 

 

 

El académico aseguró que si bien el estudio fue realizado durante el período 2010-2012 y recién concluyó, “los valores no están desactualizados por tratarse de mediciones de variables estructurales y no de ingresos, caso en el que sí se pueden percibir cambios más fácilmente”.

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