Los controladores y técnicos de la navegación aérea son esenciales para que puedan realizarse los vuelos. La torre de control, es el lugar físico que da el ingreso y el egreso a las aeronaves. En la Argentina el país está dividido en 5 áreas y una de ellas es Ezeiza.

Mónica Lescano trabaja en el Aeropuerto Internacional Pistarini en el Servicio de Búsqueda y Salvamento (SAR), que interviene cuando una nave se pierde o es accidentada y es delegada de ATEPSA. “El control es la cabeza de la aeronáutica, ya que decide que vuelo ingresa y egresa. Tienen una comunicación directa con el piloto. Indican lo que tienen que hacer”

“Cada vuelo presenta un plan, con la cantidad de pasajeros, el combustible para usar de un lugar a otro y llevar demás, por algún evento meteorológico. Se presenta el lugar de destino y también lugares alternativos. O también por un desperfecto técnico”, expresó la especialista

Lescano, recordó el vuelo que partió de San Fernando, que iba rumbo a las Lajitas, Formosa en 2015. “A los 5 minutos de haber despegado perdieron comunicación. Se informa al piloto que no lo podían ver en radar, para saber que fuera a la altura y dirección correspondiente”

Luego el controlador informa que “ya no lo puede seguir directamente”. Entonces se inicia la búsqueda, pasadas las dos horas de vuelo, cuando debería haber llegado. “Primero se consulta si alguna aeronave lo había cruzado, que fue una vez sola. Pero después no hubo más información. Estuvo más de 20 días en búsqueda”

“A los 5 minutos que había perdido la comunicación, el lugar donde lo vio por ultima vez el controlador, es exactamente donde había caído la aeronave” Lescano describe que es parte de su trabajo, “ir trazando la ruta sobre un mapa. Y en el último punto de comunicación, hacer una base de búsqueda y tratar de ver en esa zona”

“Mi compañera, rompió en llanto cuando se enteró del desenlace. Se sintió culpable de la situación, pero no fue así, ya que estaba fuera de su alcance. Lo que siente la mayoría, es la responsabilidad. Ella dijo, perdí 3 vidas”. Finalmente se comprobó que la falla fue de la aeronave y también que el piloto no tenía la experiencia correspondiente (horas de vuelo) para realizar la travesía

La empleada de la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), explicó que son muy frecuentes las pérdidas de comunicación con los aviones: “uno generalmente no piensa mal, ya que vuelven a comunicarse cuando están en destino”. Recordó que antes de la pandemia, en los 17 días al mes que se trabajaba con muchos vuelos, siempre se reportaba un incidente con una aeronave chico. “No accidente, que es muy poco frecuente. Sin embargo en 2011 el de porte grande,  Sol Líneas Aéreas de Comodoro Rivadavia, que directamente se quemó el avión con todos los tripulantes y los 22 pasajeros”. Pero en realidad, los accidentes son la excepción y los incidentes que ocurren no involucran el daño material o pérdidas de vida.

Mónica Lezcano, trabaja y es delegada de ATEPSA en el Servicio de Búsqueda y Salvamento (SAR), en el Aeropuerto de Ezeiza.  ATEPSA es la Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación, gremio que nuclea a les controladores aéreos, técnicos y técnicas de la aviación. Les trabajadores que nuclea el gremio se encargan de organizar la navegación aérea. Autorizan los despegues, rutas y aterrizajes de todas las aeronaves que circulan por el espacio aéreo argentino. Se  distribuyen en los 54 aeropuertos y aeródromos existentes en las 23 provincias del país. Asimismo, tienen bajo su función instalar y mantener todos los sistemas de navegación electrónicos como radares y sistemas de comunicación.