El artista plástico argentino Alberto Morales, conocido como “el pintor de la Antártida”, viajó a Bulgaria para presentar su libro “Al Sur del Sur, mi Antártida” y realizar una muestra retrospectiva de su obra 2005-2023 “Al Sur del Sur, Antártida Argentina”. Invitado por el Instituto Antártico Búlgaro, la exposición se realizará en el hall central de la Universidad de Sofía, Tsar del 12 al 22 de septiembre.
La inauguración está prevista para el martes 12 y se podrá recorrer la exposición bajando el montaje sonoro “Todos los blancos Juntos” y escuchar los sonidos de la Antártida, entre ellos el viento, agua, chorritos del deshielo, el crujir de los hielos, pingüinos, elefantes marinos, focas, cormoranes, bandoneón y la voz de Alberto Morales.
“El libro es el resultado de mi viaje y estadía en las bases argentinas en la Antártida durante cuarenta días en 2005, invitado por la Dirección Nacional del Antártico (DNA) como artista plástico, con el rango de investigador para el Proyecto Cultural Antártico Argentino. Es el relato, el viaje y la aventura de un artista argentino en el continente blanco”, relató Morales. “Mi misión fue interpretar a la Antártida como tema de trabajo: recoger imágenes y sensaciones del territorio, entrar en contacto directo con su naturaleza y con las personas que allí trabajan. De esta forma, poder reflejar una visión poética de la Antártida para un público amplio”, agregó.
“Trabajé en pequeños bocetos, apuntes, pinturas y fotografías y luego, de vuelta en mi taller de Buenos Aires, cree la obra que describe esta experiencia. Pinto lo que ocurre con el alma humana en un territorio extremo en todo, y en un aislamiento en estado puro. Pintar el blanco sobre el blanco, la piedra y hielo, la luz, su extenso día en verano y su larga noche en invierno, la atmósfera, el viento y el frío, y, lo más doloroso de su realidad actual, el impacto por el cambio climático”, concluyó el pintor de la antártida.
Las obras contenidas en la publicación fueron declaradas de Interés Cultural por la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados de la Nación en 2018 y por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en 2019. El libro “Al sur del Sur, mi Antártida” fue declarado de Interés cultural, por la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en 2021 y la Cámara de Diputados de la Nación en 2022.
Alberto Morales: “Mi carrera se desarrolla Buenos Aires, Argentina. Trabajo desde los diez años, cuando comencé a estudiar pintura, y desde entonces nunca me detuve. Mi primera muestra siendo estudiante fue en 1969, en el Museo Amancio Alcorta de Moreno, el profesor era Jorge Abot. Mis primeras exposiciones individuales tuvieron lugar en los años 1976 y 1977 en la Galería Lirolay.
En el 2005 la Dirección Nacional del Antártico, al conmemorar el centenario de la presencia argentina en la Antártida, me invitó a viajar durante 40 días por el continente blanco con la misión de incorporarlo como mi tema artístico, lo que se tradujo en obra hasta hoy.
Muchas de mis Obras se encuentran en espacios interiores, como urbanos en edificios, museos, y colecciones de arte en Argentina y en el extranjero. Toda la obra del proyecto fue declarada de “Interés Cultural” por la Cámara de Diputados de la Nación y por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
En la Antártida recopilé imágenes y sensaciones de este territorio tan extremo en todo, al entrar en contacto con su naturaleza, con los científicos, el apoyo logístico y el todo el personal de las bases, con un sentido de pertenencia plasmar la visión poética sobre “Antártida”. El encuentro con este continente lejano, misterioso e inaccesible, fue para mí un viaje iniciático, yo no sabía que existía lo que quería pintar, la pureza, lo limpio de la atmosfera, lo simple con la inmensidad y la potencia de la energía de la Antártida, pinto la esencia de las cosas y el alma del hombre puesto en ese territorio tan extremo en todo.
Las noticias que nos hablan del cambio climático global, las sentí en mi cuerpo, al ver el llanto de los glaciares y el deshielo, encontrar en la costa durante las mañanas enormes bloques de hielo que me recordaban las bellas esculturas de Henry Moore, desprendidos del retroceso de los glaciares que antes llegaban hasta el mar y ahora se encuentran a varios kilómetros dentro del continente. Desde entonces comprometí mi labor de artista para ser una herramienta de concientización y divulgación de esta terrible amenaza que pesa sobre el mundo”