La Generación Z, jovenes hiperconectados y con las pantallas como parte inseparable de su vida, tienen claro que nada reemplaza el cara a cara. Los centennials, nacieron entre 1997 y 2009, tienen hoy entre 15 y 27 años, y comparten una característica definitoria: crecieron en un entorno altamente digitalizado. En América Latina, representan el 25% de la población y se estima que serán el 34% de la fuerza laboral para 2030.

“La Gen Z latinoamericana nació digital, pero se reconoce humana en los encuentros. El vivo no es un accesorio, es un catalizador emocional que les permite sentirse realmente ahí”, explica Ximena Díaz Alarcón, CEO y Cofundadora de Youniversal, la empresa que hizo el estudio.

El informe muestra que los recitales y festivales son la experiencia en vivo más significativa para el 44% de los jóvenes, especialmente entre mujeres y en países como Argentina y México. Entre varones, el deporte ocupa un lugar central, con un 25% de preferencia, sobre todo en Colombia. También aparecen otras formas de encuentro como eventos culturales o teatrales (12%), activaciones de marca (6%) y eventos con influencers y creadores (5%). Para un tercio de los jóvenes, su pasión —como la música o el deporte— no es un hobby, sino parte de su identidad. Casi la mitad asistió a un espectáculo en vivo el último año, aunque el acceso no es parejo: crece con la edad, el nivel educativo y el nivel socioeconómico.

En una generación marcada por la ansiedad, la incertidumbre y la presión del contexto, los encuentros en vivo funcionan como válvula de escape y como territorio de expresión personal. El consumo cultural digital está siempre presente, pero el vivo tiene un plus: la energía del cuerpo, el encuentro con otros y la autenticidad de las emociones compartidas.

“Lo digital conecta, pero lo presencial transforma. Para los jóvenes, el vivo es un espacio de autenticidad y pertenencia que ninguna pantalla puede reemplazar”, agrega Díaz Alarcón. El 70% de los jóvenes afirma que las experiencias en vivo —desde recitales hasta eventos deportivos— son muy importantes en su vida.

El estudio también señala implicancias clave para marcas y empresas que quieran conectar genuinamente con la Gen Z en Latinoamérica. La recomendación es apostar a experiencias vivenciales y memorables, no limitarse a campañas digitales, y crear espacios de co-creación que inviten a expresarse y a vivir la marca más allá de la pantalla. Además, cuidar la autenticidad es fundamental: los jóvenes detectan enseguida cuándo una propuesta es forzada o superficial.