Comerciantes del barrio de Flores tomaron la decisión de seguir generando cortes en la intersección de las avenidas Avellaneda y Nazca, en el barrio de Flores, todos los miércoles hasta que se erradique la venta ilegal en avenida Avellaneda.
El presidente de Cadmira, Vicente Lourenzo anticipó que cuando el conflicto por los puestos callejeros de la avenida Avellaneda “quede superado, vamos a hacer lo mismo en Once, otro barrio muy afectado por la actividad ilegal”.
“Se trata de los dos puntos más conflictivos de la Ciudad, pero la venta ilegal también está creciendo en forma alarmante en Rivadavia y Acoyte, en el barrio de Caballito”, alertó Lourenzo.
El empresario recordó que durante el año pasado, las cámaras empresariales del sector mercantil concretaron “nueve cortes sobre la peatonal Florida y recién ahí el gobierno de la Ciudad tomó la decisión de actuar y desalojar a los manteros”.
“Ahora, pensamos que pasa lo mismo. Sabemos que es una larga batalla, pero entendemos que el gobierno porteño va a tomar la decisión de actuar, a pesar que nos han dicho que están necesitando más policías para poder cumplir”, señaló el titular de Cadmira.
Según Lourenzo, “tiene que haber una decisión política de prohibir la venta callejera ilegal en todos lados. Ese tipo de actividad está generando un perjuicio enorme al comercio legalmente instalado”.
“No se puede competir con la venta ilegal, porque esa venta es por un precio mucho menor, y eso no es competir”, añadió el directivo, quien además evaluó que “si la gente tiene dificultad para caminar por las calles a raíz de los puestos, directamente no va a comprar en los comercios”.
Por otra parte, el dirigente se opuso también a la eventual instalación de un nuevo shopping en terrenos linderos al Club Ferrocarril Oeste, en Caballito.
“No queremos más shoppings en la Ciudad, porque tienen un impacto socio ambiental muy fuerte”, explicó Lourenzo, quien a la vez recordó que en los últimos días, una de las entidades del sector mercantil, Fecoba, remitió una carta a los legisladores porteños para frenar la construcción de ese centro comercial.