El sanitario moderno trabaja en base a diferencia de presiones e incluye una trampa de olor.

El INTI impulsa el desarrollo de proveedores nacionales y la expansión de mingitorios secos, un sistema innovador que busca ahorrar agua en el baño. Se ven idénticos a los tradicionales pero cada uno de estos dispositivos permite economizar al año hasta 100 mil litros de agua.

El enfoque de los sistemas secos implica contemplar la cadena entera, desde el usuario hasta la disposición y/o la reutilización de las excreciones

Si bien en la actualidad existe un número de personas que han elegido el “baño seco” por su compromiso en el cuidado del ambiente, en países como Alemania o Estados Unidos, el empleo de sanitarios que no utilicen agua es una alternativa implementada en áreas públicas como hoteles, estaciones de servicio o terminales de trenes. A nivel nacional, el INTI es el primer organismo estatal en adoptar este sistema en sus instalaciones.

Un baño totalmente seco —que no utilice agua— todavía es tecnológicamente imposible, en especial por las necesidades de lavado. Sin embargo, inodoros y mingitorios ya han alcanzado esa posibilidad. El Programa de Tecnologías Sustentable del INTI viene impulsando el desarrollo de alternativas  y trabaja en el diseño y aplicación de estos sistemas de saneamiento.

 

Los mingitorios secos a simple vista son iguales a los tradicionales, pero poseen ciertas ventajas contundentes. Este tipo de tecnología no requiere una fuente constante de agua, no tiene problemas de olor porque incluye una “trampa de olor”, no atrae vectores de enfermedad, es fácil de limpiar y puede ser construido con materiales disponibles localmente.

 

“El costo de producción de estos urinarios se equipara a los tradicionales. La diferencia se muestra en el ahorro de agua, el menor costo de tratamiento (por minimizar el volumen del efluente) y el potencial que presenta la recuperación de los nutrientes como nitrógeno y fósforo contenidos en la orina. Según cálculos realizados por proveedores reconocidos se evita el uso de hasta 100 mil litros de agua por mingitorio por año”, destacan expertos del INTI.

 

Un diseño posible de “trampa de olor” consiste en un cartucho plástico que contiene un líquido con una densidad menor a la orina. Esta sustancia siempre queda por encima de la orina y así evita las evaporaciones de olores. Su formulación hasta el momento no se desarrolla en el país, pero el Centro INTI-Química está trabajando para sustituir la importación de este producto.

 

“Hoy en día vemos la implementación de saneamientos secos como una solución para las poblaciones que no tienen acceso al agua o a un sistema correcto de tratamiento de los efluentes del baño. Pero además la iniciativa, permite impulsar la creación de proveedores locales de estos artefactos”, indica Jorge Schneebeli, responsable de la Gerencia de Proyectos Especiales INTI y agrega que es parte de la misión de este organismo nacional la generación y transferencia tecnológica.

 

En resumen, el saneamiento seco se presenta como una tecnología apropiada, viable y accesible económicamente. Si bien a nivel cultural puede generar algún tipo de resistencia, la tarea de educación sanitaria y la capacitación técnica para su correcto uso indefectiblemente deben concurrir en forma paralela.