La presidenta Tsai Ing-wen asistió al evento principal para conmemorar el Incidente del 28 de febrero de 1947. Dicha ceremonia se llevó a cabo este año en la ciudad de Keelung, en el norte de Taiwan.
Hace 75 años, una revuelta fue brutalmente reprimido por el gobierno chino del Kuomintang (Partido Nacionalista Chino), con la muerte de unos 30 000 civiles. Tsai ofreció sus condolencias en nombre del Gobierno a las víctimas y sus familiares sobrevivientes. Asimismo, la mandataria presentó una corona de flores en memoria y rindió gratitud a quienes han trabajado durante años para respaldar la acción del Gobierno, brindando comprensión, apoyo, y consejos
En su discurso durante la ceremonia, la mandataria se comprometió a defender los valores de la libertad, la democracia y el respeto de los derechos humanos, destacando el compromiso del Gobierno con la verdad y la reconciliación en la búsqueda de la justicia transicional.
La justicia transicional requiere esfuerzos concertados por parte del Gobierno y la sociedad civil, afirmó Tsai, citando un informe general que la Comisión de Justicia Transicional publicará en mayo como uno de esos ejemplos. Dicho documento revelará el funcionamiento interno del sistema de persecución de la era autoritaria que resultó en violaciones de los derechos humanos y presentará sugerencias para que Taiwan fortalezca su democracia, agregó la presidenta.
Según Tsai, también se establecerá una comisión convocada por el primer ministro Su Tseng-chang, subordinada al Yuan Ejecutivo, para promover la justicia transcicional. Dicha entidad, junto con el recién creado departamento de derechos humanos y justicia transicional del Gobierno, guiará a los ministerios y agencias en la incorporación de conceptos relevantes en las prácticas administrativas, señaló la mandataria.
El estilo de vida democrático en Taiwan nunca debe darse por sentado, advirtió Tsai, agregando que los sectores público y privado continuarán trabajando juntos para promover la justicia transicional al mismo tiempo que salvaguardan la libertad, la democracia y el respeto por los derechos humanos ganados con tanto esfuerzo por la nación.
“Creo que una nación dispuesta a enfrentar su historia y reflexionar sobre sus errores seguramente será fuerte y resiliente como para poder defender la democracia. Esto es lo que significa la justicia transicional para la democracia de Taiwan y por qué es una misión compartida por todos los taiwaneses. Continuemos nuestro trabajo hacia este objetivo común”, declaró la mandataria.