Mientras se demora el soterramiento del ferrocarril Sarmiento, el gobierno porteño intentará reducir los tiempos de espera en las barreras mediante la construcción de dos puentes, a la altura de las calles Argerich, en Flores, y Lorca, en Caballito.

 

Si bien ambas estructuras fueron proyectadas en 2012, su concreción sufrió demoras por los tiempos administrativos, la histórica falta de diálogo con el gobierno nacional, la oposición de parte de los vecinos y cuestiones presupuestarias.

 

En rigor, actualmente sólo tiene fecha confirmada para el comienzo de obra el puente de Argerich. Según confirmaron voceros del Ministerio de Desarrollo Urbano porteño el lanzamiento será en abril próximo, con un plazo de ejecución de seis meses.

 

Los trabajos estarán a cargo de las empresas Eleprint SA y ECAS SA, ganadoras de la licitación realizada en 2012, por $ 20 millones. Se estima que el costo final será bastante mayor como consecuencia de la inflación acumulada desde entonces. En septiembre de aquel año, el proyecto seleccionado también fue sometido a audiencia pública.

 

El puente correrá en forma de U sobre las vías del Sarmiento, con una altura máxima de 5,50 metros. Irá desde la calle Venancio Flores hasta la calle Yerbal, con dos carriles de circulación -uno en cada sentido de 4,50 metros de ancho y separador central. La longitud total será de 330 metros y admitirá la circulación de vehículos livianos y colectivos.

 

Como se dijo, el proyecto tiene como objetivo mejorar la conectividad vial y peatonal por encima de la parrilla ferroviaria; hoy, a la altura de Argerich no existe ningún paso vehicular para facilitar el cruce de Norte a Sur, o viceversa.

 

En tanto, el paso a nivel peatonal hoy en funcionamiento será reemplazado por otro elevado, con rampas para asegurar el uso de personas con movilidad reducida. La altura y la cantidad de metros por caminar despertaron quejas vecinales.

 

Voceros oficiales recordaron que cuando la obra de soterramiento del Sarmiento haya concluido el puente podría ser desmontado y gran parte de la estructura, reutilizada.

 

Señalaron, además, que por el momento solamente este proyecto fue autorizado por la ADIF SE (el organismo del gobierno nacional con injerencia sobre los bienes ferroviarios), a diferencia del puente previsto para la calle Lorca, en Caballito, que todavía aguarda el visto bueno de la Casa Rosada. A eso se debe que aún no haya precisiones sobre su ejecución.

 

En este caso se registró un rechazo vecinal mucho mayor. Principalmente, porque para sortear los 30 metros de vía los automovilistas deberían recorrer 370 metros, en un solo carril y también en forma de U, más acentuada que el de Argerich.

 

Por su parte, los peatones iban a ser obligados a caminar 250 metros por una poca accesible estructura en altura, con escaleras, que reemplazaría al paso a nivel de la calle Martín de Gainza. El diseño fue incluso objetado por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, que recomendó al gobierno porteño “evaluar la posibilidad de ejecutar una obra alternativa” que garantice la movilidad.

 

Sobre si el pedido será tenido en cuenta, fuentes oficiales dijeron que no existe una definición, ya que del trámite de aprobación en la ADIF SE también podrían surgir más observaciones técnicas, y que todas serán analizadas oportunamente.

 

OTRAS OPCIONES DE CIRCULACIÓN

 

La Ciudad también avanza en otras líneas ferroviarias con alternativas para que el tránsito vehicular pueda evitar las barreras bajas, que demoran el paso. La obra más grande actualmente en ejecución es la del túnel de la avenida Constituyentes, bajo la parrilla del ramal José León Suárez del tren Mitre, trabajos que están demorados desde 1989.

 

Además, se realizan pasos bajo nivel de menor envergadura en las calles Cuenca y Concordia, debajo de la línea Urquiza, previos al futuro túnel en la avenida San Martín.

 

Por Ángeles Castro | LA NACION

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