Todo comenzó en el 2012 en un predio de Lomas de Zamora. “Fuimos a jugar tenis en silla de ruedas y a los 90 días volvimos con la idea de hacerlo con las prótesis. Así comenzamos con la organización de lo que sería el Tenis Adaptado de Pie” explica Martín Irrazabal, presidente de la Asociación Argentina de TAP, quien aclara hacia quiénes va dirigido este deporte: “Para toda persona con discapacidad. Nosotros arrancamos en su mayoría con chicos amputados que usan prótesis, pero ha crecido tanto que hoy se suman chicos y chicas con síndrome de Down, los de talla baja, los que tienen movilidad reducida y la lista sigue”.

Para el 2014 se creó la Asociación de Tenis de Pie, que cuenta con personería jurídica a nivel nacional y provincial, “y de ahí le dimos para adelante” cuenta Irrazabal con el mismo entusiasmo con el que se entrena. Ese envión de conseguir la personería los hizo contactar, vía redes sociales, a otros países donde se juega el TAP y organizar torneos internacionales.

“En 2015 viajamos a Chile para disputar el primer torneo internacional. Ese mismo año hicimos otro en el predio de Racing y vinieron jugadores de tenis todo el mundo. Al año siguiente nos coronamos campeones en Brasil y en 2018 viajamos a Estados Unidos. Así, entonces, llegaron los frutos de tanto trabajo y las federaciones de Chile, Venezuela, Italia y España están conectadas con la Asociación Argentina para que puedan federalizar el TAP y poder así continuar con su crecimiento.

Sobre la actualidad de los entrenamientos, que se dan dos veces por semana en el CeNARD, Martín Irrazabal dice que “fue una linda noticia que la casa del deporte nos abra sus puertas”. Los y las tenistas también trabajan en el Polideportivo Delfo Cabrera y en los clubes Racing y Nueva Chicago.