Alfredo Sábat, en la Casa Nacional del Bicentenario, exhibe la muestra Mitológicas. Compuesta por 9 pinturas, la exposición puede vistarse hasta el domingo 3 de agosto entre las 15:00 y las 20:00 en Riobamba 985, Recoleta

Los oleos retratan diversas figuras de la tragedia griega en una ambientación de la era moderna. La curaduría estuvo a cargo de Cristina Santa Cruz. Y en la inauguración realizada el pasado miércoles acompañaron al artista, su padre, el reconocido caricaturista Hermenegildo Sábat; el director de la Casa, Rodolfo Rau y el artista Jorman; entre personalidades del ámbito de la cultura

Palabras de la curadora

“Existen mundos que sólo se revelan a quienes miran con los ojos del alma. Mitológicas es uno de ellos. En esta colección, el artista Alfredo Sábat abre un umbral al universo ancestral de los mitos, donde diosas, héroes, hechiceras y oráculos regresan desde las brumas del tiempo para interpelarnos con una belleza punzante, tan precisa como misteriosa.

La mitología, ese lenguaje cifrado de lo eterno, vuelve a encarnarse aquí en formas pictóricas que respiran, conmueven y provocan. Las figuras que emergen de los lienzos no son meras recreaciones del pasado: son presencias vivas, dotadas de una fuerza simbólica que conecta con lo más profundo del ser contemporáneo. Atalanta corre en un mundo donde el tiempo ya no es lineal; Circe susurra encantamientos que nos recuerdan el poder de lo femenino indomable; Diana nos revela que mirar puede ser un acto fatal; Pandora, que abrir lo prohibido es también abrir el alma

A través de una técnica de refinamiento clásico y trazos de modernidad en la mirada, Sábat compone escenas de tensión entre lo humano y lo divino, entre el mito y la carne. Con cada pincelada, reinterpreta inteligentemente los arquetipos eternos: el viaje del héroe, el enigma de la Sibila, el castigo de Edipo, la fascinación de las sirenas que aún hoy nos llaman desde lo incierto.

El mito vuelve a ser lenguaje vivo, interrogante abierto, arte visionario. Entrar en este universo es abrir una puerta a lo atemporal. Como toda gran obra, no busca respuestas, sino una transformación silenciosa en quien se atreva a mirar. Así, en un tiempo que avanza hacia la síntesis digital, Sábat nos recuerda que la belleza sigue siendo un acto humano, imperfecto y sublime. Que las antiguas narraciones siguen palpitando en nuestros sueños, y que la pintura —cuando se vuelve revelación— aún tiene el poder de despertar lo sagrado.

Mitológicas es más que un viaje al pasado: es una travesía hacia lo más hondo del alma humana. Cada imagen es un espejo donde se reflejan nuestras pasiones, miedos, deseos y contradicciones; cada pincelada nos recuerda que seguimos siendo criaturas mitopoéticas, necesitadas de sentido, símbolos y belleza. Que seguimos preguntándonos —como Edipo— qué somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos. Y que, como Ulises, seguimos escuchando cantos que nos arrastran hacia islas desconocidas.

No hay gesto ni destino que no esté entrelazado con los hilos invisibles del mito. En su aparente fragilidad, estos vínculos sostienen la totalidad de la experiencia humana. Como aquellas criaturas trágicas, vivimos rodeados de fuerzas que nos superan y de decisiones que transforman. En esa tensión entre lo divino y lo efímero, habita el arte.

Esta exhibición no propone certezas. Propone espejos. Reflejos de nuestras contradicciones, nuestros miedos y aspiraciones, de nuestras zonas más luminosas y de las más sombrías. Como en todo mito, lo que aquí se narra no ocurrió jamás… pero sucede siempre.

Al adentrarse en Mitológicas, el visitante es invitado a un acto de revelación. A permitir que las diosas y los héroes se posen sobre su hombro. A dejarse hechizar por lo ambiguo, lo múltiple, lo eterno. Y, tal vez, a salir distinto. Porque —como en todo viaje mítico— después de cruzar el umbral, el mundo ya no se ve con los mismos ojos”