El Hospital Garaham es el centro pediátrico más importante del país y lugar de referencia científica para América Latina. El 68% de sus trabajadores (3.190) es personal de salud en contacto directo con los pacientes, según datos de 2024 del Departamento de Estadística, mientras que el 32% (473), es administrativo.

Sin embargo el Gobierno Nacional, como en diferentes áreas del Estado, ha tomado como variable de ajuste los sueldos de los empleados, para cumplir con el objetivo del déficit cero en las cuentas públicas. Un médico especializado, que luego de haberse recibido y hecho la especialidad durante 3 años cobra por 42 horas semanales un millón ochocientos mil. Mientras que los residentes, cobran un poco más de $700.000. Esta cifra paupérrima se repite entre los docentes universitarios, invesigadores científicos, empleados especializados del INTA o INTI, entre muchos otros que han dedicado más de cinco años en formación universitaria. Se calcula que más de 10 mil profesionales han renunciado o abandonado el país enel último año.

Mientras en las redes sociales muchos activistas y algunos trolls con financiamiento estatal, lanzan campañas de desprestigio contra todo aquel que cuestione las políticas del Gobierno Nacional, las muestras de descontento se incrementan.  La Federación Nacional de Salud (FESINTRAS) lanzó una campaña en defensa de los hospitales públicos.

Los participantes coincidieron en que la situación que atraviesa el sistema de salud “es grave y se replica a lo largo de todo el país”. Despidos masivos, bajos salarios, malas condiciones laborales, fuga de profesionales, sobrecarga laboral, pluriempleo, hospitales desmantelados, cierres de Residencias y de numerosos programas de prevención, fueron algunos de los aspectos abordados por los presentes.

El presidente de CICOP (Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires), Pablo Maciel, fue contundente al decir que “como consecuencia del desfinanciamiento y desmantelamiento del sistema sanitario miles de compatriotas encuentran mayores dificultades para acceder al derecho a la salud, las tasas de vacunación reflejan graves retrasos y han emergido enfermedades ya controladas como el sarampión”.