Rodeado de más de mil personas, el flamante Defensor, Alejandro Amor, encabezó un acto en la Manzana de las Luces brindó un discurso muy fuerte, basado en el pasado de la institución (habló de ñoquis) y en un futuro de trabajo, con la apertura de varias sedes y la incorporación de sedes en las comunas.
Alejandro Amor asumió el interesante y codiciado cargo como Defensor del Pueblo porteño en un acto al aire libre en el histórico Patio de la Procuraduría de La Manzana de las Luces, ubicada en Perú 222.
En las primeras filas, sentados, se ubicaron los gremialistas Amadeo Genta (Municipales), Hugo Moyano (Camioneros), Gerónimo Venegas (Trabajadores Rurales) y Julio Piumato (Judiciales). Arriba, en el escenario, participaron los Defensores adjuntos María América González, José Palmiotti, “la negra” (así fue presentada por Amor) Lidia Saya, Claudio Presman y Oscar Zago. Estuvieron los exdefensores Alicia Pierini, Alicia Oliveira y Antonio Cartanián. Del macrismo, se vio a los ministros de Desarrollo Urbano, Daniel Chain y de Desarrollo Económico, Francisco Cabrera. Entre los diputados de la ciudad, estuvo presente Cristina García, de Confianza Pública.
Se leyó una carta de Mario Poli y se contó con la presencia del presidente de la Pastoral Social porteña, Carlos Accaputo.
Los puntos más salientes del discurso de Amor fueron los siguientes:
“La Defensoría es una casa con compromiso social”.
“Austeridad y respeto por las personas. Así será la nueva Defensoría”.
“Resolveremos los problemas de manera objetiva”.
“La Defensoría es neutral. Es un organismo de la Ciudad”.
“Estaremos presentes en cada Comuna de la Ciudad”.
“Tenemos compromiso social con los vecinos”
“Voy a provocar que todos hagan lo que sientan”
“Hay que dar la cara a la sociedad. Hay que dar debate”.
“Tendremos una oficina en la Terminal de Retiro”.
“A partir de este momento, no habrá más ñoquis”.