En el Museo Histórico de Buenos Aires Cornelio de Saavedra (Crisólogo Larralde 6309) se está llevando a cabo una exposición que tiene como objeto de culto a uno de los objetos icónicos del siglo pasado: “la pelota Pulpo”. “Alma de Pulpo (Historia y apología de la pelota Pulpo)” presenta obras del artista plástico Miguel Ángel Ferreira y testimonios sobre la empresa G. Lanfranconi (creada en 1929 por don Gerildo Lanfranconi, en la calle Pinto 3740 del barrio de Saavedra), quien hacia 1936, crea la célebre pelota rayada de goma.
La muestra permanecerá abierta hasta el 19 de enero, de martes a viernes de 9 a 18 horas y sábados, domingos y feriados de 10 a 20 horas. La entrada general cuesta $5 y los miércoles es gratis.
La obra de Miguel Ángel Ferreira nos introduce en un universo repleto de sueños y bellos recuerdos. Su apología de la pelota Pulpo, es la apelación a una memoria común que unifica varias generaciones en un tiempo donde el sonido de la pelota contra el piso o la pared anunciaba que la calle se transformaba en un espacio pleno de poesía.
Miguel Angel Ferreira nació en 1950. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano. Presentó más de treinta muestras individuales y participó en más de doscientas exposiciones colectivas en galerías, centros culturales y museos de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires; en Cascabel, Porto Alegre, Curitiba, Joinville, San Pablo y Río de Janeiro (Brasil). Desde su primera muestra individual en 1972, abordó distintas disciplinas de las artes plásticas, experimentando diversas técnicas de realización. Su obra abarca la escultura en hierro, el relieve policromado, el collage, la pintura, el frotage, el grabado y el dibujo. Participó en salones de carácter municipal, provincial y nacional donde obtiene más de cuarenta distinciones y premios.
El origen de este legendario adminículo deportivo debe remontarse a años de crisis. Precisamente es en 1929 cuando Gerildo Lanfranconi, quien había nacido con el siglo y que hasta entonces había sido encargado de los talleres Pirelli, funda en un local que se encontraba a la vuelta de su casa, junto a su hermano Arístides, la empresa G. Lanfranconi con domicilio en la calle Pinto 3740 del barrio de Saavedra. Casualmente, en ese mismo año, nace su hijo Juan Carlos. La fábrica, se dedica principalmente a la producción de artículos moldeados de goma (por ejemplo, sopapas) y cuerdas para triciclos (la cubierta de goma que cubre sus ruedas metálicas).
Hacia 1936, Gerildo crea la célebre pelota rayada de goma. Para ello idea un sistema que le permite inyectar goma de color rojo sobre la goma blanca lo que le da el rayado que se hará tradicional (muchos años después al rojo tradicional se le agregará el azul). El nombre de Pulpo se origina en el apodo con que se conocía a Gerildo por la fortaleza de sus brazos. La Pulpo (que se fabricaba en seis tamaños: 2,5 – 3 – 4 – 5 – 6 y 7,5 pulgadas) significa un importante impulso para el crecimiento de la empresa que llegará a tener gracias a ella, representaciones comerciales en todas las provincias; a trabajar durante tres turnos (mañana, tarde y noche) y ocupar a cien obreros.
Durante la segunda guerra mundial, las dificultades para la importación hacen que la empresa encare también la fabricación de pelotas de tenis. Años más tarde, precisamente el 1º de julio de 1958, Arístides y Juan Carlos se incorporan como socios y se constituye la firma G. Lanfranconi S.R.L. Ese mismo año, por iniciativa de Juan Carlos, aparece la marca LAN-GER (denominación formada con las tres primeras letras del apellido y las tres del nombre paterno). Gerildo y Juan Carlos habían viajado previamente a Santa Cruz do Sul (Río Grande do Sul, Brasil) para obtener de parte del ingeniero alemán Jorge Hoezel, allí radicado, el royalty por cinco años de las pelotas de tenis marca Mercur, pelota brasileña de menor calidad que las europeas, pero que por su proximidad geográfica con el país era accesible a menor precio. Con ello alcanzan un producto de estándar internacional. Las pelotas LAN-GER se adaptan rápidamente con las más modernas técnicas de elaboración e introducen en la Argentina el color amarillo que les otorga una mejor visibilidad, dejando atrás el tradicional blanco. Con ellas se jugarán campeonatos nacionales e internacionales como la Copa Davis.
Después del tenis, hacia 1962, llegará el turno de la pelota para la práctica de pelota paleta que será exportada a España, en este caso con la particularidad de que en lugar de negras eran de color amarillo porque allá los frontones son de color verde (a diferencia del blanco de los nuestros) lo que hacía más visible a la pequeña pelota.
Arístides fallece en 1967 y Gerildo en 1972. Entre 1981 y 1994, Viviana Rosana, hija de Juan Carlos asume la administración de la firma. Juan Carlos Lanfranconi decide finalmente cerrar la empresa en 1994, cuando el uno a uno y la libre importación afecta totalmente la subsistencia de la misma. Ya por entonces la pelota Pulpo había sido acorralada por el crecimiento urbano.
Si la crisis del ’29 abre un período propicio para la expansión de diversos emprendimientos industriales, lo que se acelerará en los años de la posguerra y del peronismo, el ciclo comienza a cerrarse luego de la crisis política de mediados de los ’70. La nueva crisis económica de fines de los ’80 e inicios de los ’90, y la respuesta que ella conlleva (la convertibilidad y la desprotección de la industria ante las importaciones masivas) asestan el golpe definitivo. La historia de la Pulpo puede ser leída sin duda como una metáfora de la industria argentina del siglo XX.