Carlotto en el acto en la víspera del 42° aniversario del golpe de estado que introdujo la sangrienta dictadura.

Por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia que se conmemora cada 24 de marzo, se realizó un emotivo acto bajo el lema “…traemos la Escuela y la Memoria a la Legislatura de la Ciudad” con la participación de la Ciudadana Ilustre y presidenta de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto, nietos y nietas restituidos, alumnos, docentes y directivos de escuelas de nivel primario de gestión estatal y privada y la diputada Victoria Montenegro, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Garantías y Antidiscriminación, nieta apropiada durante la última dictadura y restituida en 2001 a su familia biológica.

Carlotto no ocultó su emoción cuando de pie mirando al auditorio de guardapolvos blancos sus primeras palabras fueron: “esto se parece a una escuela”. “Este marco me conmueve porque siendo maestra tuve que dejar la escuela para buscar a mi hija y nietito” manifestó en relación a Laura, su hija estudiante de la Universidad Nacional de La Plata que estando embarazada, fue secuestrada a fines de 1977 y aún no se conoce su paradero.

“Ustedes han nacido en democracia, el período más largo de nuestra historia, y tiene que ser para siempre”, enfatizó. Tras aludir a la última dictadura de “militares y civiles que no imaginábamos traían proyectos siniestros de muerte y de robo y se creían dueños de la vida y de la muerte” exhortó a “que esto no vuelva a pasar, no hay que olvidarlo”.

Continuó con referencias a los comienzos de su lucha como madre y abuela. “Nos llamaron Las Locas de Plaza de Mayo. ¡Vaya locura la de una mujer ante el asesinato de una hija y la búsqueda de un bebé!”, exclamó. “Me la entregaron el mismo día que la asesinaron. Me dio fuerza porque tenía que buscarlos, dejé todo y estoy recorriendo el mundo hasta ahora”. “Nos tocó y nos sigue tocando a todos. Hoy seguimos hablando”, afirmó.

En otro pasaje relató cuando en el año 2002 estando en Mar del Plata balearon su casa “las mismas balas que mataron a mi hija. Lo peor ya me lo hicieron por eso no tengo miedo”. Más adelante no ocultó su alegría por el reencuentro con Ignacio Guido Montoya Carlotto, nieto recuperado después de 36 años. “Tengo un bastón pero es porque nunca nos arrodillamos”, sentenció tras aludir a que próximamente cumplirá 88 años de vida.

Con relación a las Madres y Abuelas aclaró: “No somos mujeres distintas, somos iguales a todas y en este país afortunadamente tenemos mujeres maravillosas. Y en la escuela hay que aprenderlo. La educación es la base de un país. No hay que cerrar escuelas hay que abrir escuelas, no hay que dejar de entregar computadoras, hay que dar computadoras”.

Antes de concluir, a los niños recomendó: “El que estudia y sabe es libre. Respétense, no excluyan ni discriminen. Ayúdense. Nunca mortifiquen a un compañero por ser diferente.”