El Seminario 25 Aniversario de la Reforma Constitucional: Hacia la Modernización de los Parlamentos se desarrolló esta mañana en la Legislatura porteña, con la presencia de los convencionales constituyentes de 1994 Carlos Corach y Jesús Rodríguez, junto a funcionarios ejecutivos, judiciales y parlamentarios. El cierre estuvo a cargo del vicepresidente I del Parlamento de la Ciudad, diputado Francisco Quintana, junto al jefe de Gabinete porteño Felipe Miguel.
Diego Capuya, subsecretario de Relaciones Políticas e Institucionales, dio la bienvenida a los asistentes: “Esta no es una reforma menor, ya que moderniza una Carta Magna esencialmente liberal e incorpora una serie de instituciones y nuevos funcionarios como la Defensoría del Pueblo, El Consejo de la Magistratura, la Jefatura de Gabinete de Ministros y también los derechos de tercera generación”, entre otros aspectos sustanciales.
Luego presentó a Carlos Corach y Jesús Rodríguez, que integraron el primer panel: “hoy tenemos a dos políticos de fuste, ambos ex ministros de la Nación, de partidos y orígenes distintos, pero que en aquel momento pudieron armar y llegar al acuerdo para generar una nueva Constitución Nacional”
Rodríguez empezó repasando los antecedentes, desde el advenimiento de la democracia en 1983, de la reforma constitucional, cuando el recién asumido presidente Raúl Alfonsín (UCR) ya planteó la necesidad fortalecer el poder legislativo. En 1988, junto al gobernador electo Antonio Cafiero (PJ), vio necesaria una reforma integral y consensuada; planeando una Constituyente para 1989.
El dirigente radical destacó que a pesar de no lograrse la reforma de la Carta Magna, si se aprobaron las leyes de Coparticipación Federal (discutida arduamente por el reparto de recursos entre las provincias), Defensa (que puso fin a la Doctrina de Seguridad Nacional) y Promoción Industrial (que posibilitó el desarrollo de regiones del país). Rodríguez valoró que en 1994 se haya alcanzado “la madurez de la dirigencia política” para reformar la Ley Fundamental.
Carlos Corach resaltó que “una sociedad estable no se nutre de discordia sino de acuerdos”. En 1993 se reinició la discusión por la reforma constitucional y que al año siguiente “a lo largo de 3 meses” se debatió y aprobó la nueva. Destacó que por unanimidad se votaron dos cláusulas: defensa de la democracia (ya que tanto Raúl Alfonsín como Carlos Menem, sufrieron intentos de golpes de estado) y el reconocimiento de los pueblos indígenas.
Corach alabó que se dotara de rango constitucional a los Pactos Internacionales, incorporados en el artículo 75 inciso 22, jerarquizándose los derechos humanos. También la incorporación de mecanismos de democracia indirecta como las audiencias públicas o las consultas populares, entre otros destacados aspectos.
El ex ministro del Interior afirmó que la reelección del presidente establecida desde 1994 no fue “un invento menemista”. Con la tapa del diario Clarín del 23 de septiembre de 1989, mostró el titular que afirmaba que se buscaba reformar la Constitución, a solo 3 meses de haber asumido Menem.
Luego de amplificar y repasar los antecedentes mencionados por Rodríguez como lo hecho por el Consejo de la Consolidación de la Democracia de 1985, Corach destacó que el acuerdo de Olivos “fue un pacto de políticos y no de juristas”. Como presidente de la Comisión Redactora de la Ley Fundamental, integrada por 50 miembros, afirmó que ellos lo lograron, aunque admitió que “la Constitución Nacional debe ser reformada las veces que sea necesaria”. Y destacó que la de Estados Unidos ha sido reformada “más de 45 veces y siempre ha sido cumplida”, en comparación con la Argentina de 1853, que fue avasallada y violada por golpes de estado.
Segundo Panel
La diputada Natalia Fidel (VJ), valorizó la incorporación de los tratados internacionales luego de la reforma de 1994 en el artículo 75 inciso 22, dándoles jerarquía superior a las leyes. Puntualizó sobre la Convención sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer (CEDAW son sus siglas en inglés), aprobada por Naciones Unidas en 1979, que ya había sido adaptada por la Argentina en 1985 como ley.
Repasó las leyes aprobadas por la Legislatura porteña que avanzaron en la dirección con el mandato que da la CEDAW: reforma del Código Electoral, con la obligatoriedad del 50% de los cargos electivos para mujeres; el Presupuesto con la perspectiva de género y las licencias familiares con paridad para el progenitor no gestante, que conforman la “paridad en casa” para el cuidado de los chicos.
Claudio Presman, interventor del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) también expuso en la misma dirección, ya que si bien existía la ley antidiscriminatoria en 1988, con la jerarquía constitucional, han podido actuar de manera más pertinente.
Ivan Sasovsky, del gabinete de asesores del Banco Nación, afirmó que la reforma constitucional de 1994 avanzó en muchos aspectos, pero “no resolvió el problema de los recursos y que no se cumple con el artículo 75 inciso 3, por la falta de fortalecimiento del régimen federal. “La coparticipación no reconoce a los municipios ni a la Ciudad de Buenos Aires” y alertó el economista por la superposición de impuestos vía decretos o leyes en las múltiples jurisdicciones.
Tercer Panel
Juan Pablo Más Vélez habló sobre el funcionamiento del Consejo de la Magistratura de la Nación, que administra y reglamenta a la Justicia. Explicó las carencias en cuanto a que “seguimos sin saber cuáles son las necesidades para el acceso de un juez a su cargo” y que “antecedentes debería tener”, más allá de su antigüedad en el poder Judicial.
Bárbara Bonelli, defensora del Pueblo adjunta, confesó que como porteña, “uno de los aspectos más importantes de la reforma de 1994 fue la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires”. También destacó que en el capítulo séptimo se incorporó la figura del Defensor del Pueblo, que fue replicado en la ciudad con su Constitución de 1996. Valoró el rol de defensa y mediación de las autoridades creadas.
Cuarto Panel
Miguel, describió a la reforma constitucional como “un ejemplo de diálogo y consenso, una búsqueda constante de acuerdos, logrando escucharnos entre todos, con soluciones constructivas”, a lo que consideró como “uno de los grandes mensajes”. Además reslató que “esta reforma nos concedió la autonomía”.
Quintana saludó la realización del “evento de conversación, de diálogo y consenso” entre dirigentes y representantes de diferentes fuerzas políticas, por lo que consideró enriquecedor reflexionar sobre el proceso de reforma constitucional encarado por la Nación argentina hace 25 años, con el acuerdo de dos ex presidentes y demás líderes políticos.
Del acto participaron los diputados Guillermo Suárez, Diego Marías (ambos de Vamos Juntos), el secretario administrativo Jorge Anzorreguy, entre otras autoridades.