El martes 17 se cumplieron 23 años del atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires. A las 14,45 del 17 de marzo de 1992 una poderosa bomba destrozó la sede diplomática, tomando la vida de 29 personas, en Arroyo 910 esquina Suipacha. La Embajada y la iglesia de enfrente desaparecieron. Hezbollah, autodenominado como un “partido de Dios”, reivindicó el ataque.
Hoy el jefe de Gobierno Mauricio Macri depositó esta mañana una ofrenda floral en la Plaza de la Memoria, donde se erigía el edificio. En 1992, el entonces presidente Carlos Menem, rápidamente acusó a los responsables del hecho: “Los responsables son sectores del nazismo y sectores que fueron derrotados en el país”, en alusión a los carapintadas, que se habían rendido en su levantamiento de diciembre de 1990.
Como el atentado afectó a una delegación extrajera, la investigación quedó en manos de la Corte Suprema de Justicia, pero, hasta la fecha no arrojó resultados concretos sobre los autores materiales. El expediente por la voladura de la Embajada, acumula 250 cuerpos.